En días en los que se habla mucho sobre la fidelidad en las relaciones de pareja y se cuestiona sobre el respeto y la importancia de este vínculo, te contamos que uno de los atractivos turísticos poco conocidos del Perú le debe su nombre a quienes respetan su lazo idílico. Se trata del manantial de los Fieles o santuario de los Fieles, un espacio al que se atribuye un carácter místico, con un paisaje único.
Esta construcción, cuyo origen data del año 800 d. C. recibe el nombre de Complejo Arqueológico de Wari Willka. Perteneció a una de las culturas más importantes del Perú. Si crees en las leyendas y buscas reforzar tu vínculo sentimental, en esta nota conocerás dónde está ubicado este atractivo turístico y en qué consiste la creencia en torno a su existencia.
PUEDES VER: Top de playas con aguas mansas y cristalinas a una hora del centro de Lima: ¿cómo llegar?
El sitio arqueológico de Wari Willka se encuentra a 6 km de la ciudad de Huancayo, en el Valle del Mantaro, y es un lugar sagrado tanto para los wari como para los huanca. De este santuario brota un manantial del cual muchas parejas acuden a beber sus aguas. Dependiendo de la localidad en la que residas, puedes dirigirte a Huancayo, y desde este punto existen medios de transporte que pueden hacerte llegar a este destino.
PUEDES VER: Descubre la 'Punta Cana Peruana': ¿dónde queda y cómo llegar a este paradisíaco lugar por S/7?
Construida por la cultura wari entre los años 800 y 1200 d. C., de esta construcción brota un manantial del que, según una antigua leyenda, emergieron el primer hombre huanca, llamado Inanpucarancapia, y la primera mujer huanca, quien recibió el nombre de Ucuchumbe. Debido a los motivos señalados, era un lugar de culto a sus deidades.
Sumado a las creencias mencionadas que atribuyen un carácter místico a esta fuente de agua, los lugareños comentan que se le llama agua de los Fieles porque, si una pareja bebe de sus aguas y es infiel, perderá la vida.
Asimismo, en este lugar se erige el Museo de Sitio Wari Willka, cuya tarifa varía de acuerdo a la edad de los visitantes:
Un dato curioso sobre este lugar: data del año 1550, cuando el cronista Pedro Cieza de León visitó el lugar y describió la presencia de dos árboles de molle, los cuales son muy similares a los que pueden observarse en esta localidad. La creencia popular señala que se trata de los mismos árboles.
Entre los descubrimientos que se hicieron en este lugar están los esqueletos de un niño de aproximadamente 8 años y un cuadrúpedo que podría ser un perro o una llama. Asimismo, encontraron los restos de una mujer de alrededor de 20 años con un ave de rapiña amarrada a su tobillo.
El término wari willka proviene de dos raíces quechuas: wari: 'antiguo, remoto'; willka: 'adoratorio sagrado'.