A 57 kilómetros de Piura, la provincia de Paita alberga al segundo puerto más importante del país después del Callao. Se trata de un sitio marino que es una cuna de grandes personajes ilustres y que, además, ha resultado un atractivo turístico para otras personalidades de la fama.
Por eso, aparte de la popularidad del ‘peruano del Milenio’, Miguel Grau, la presencia de algunas figuras del ambiente cultural refuerzan la reputación que el himno de Paita evoca: “Portentosa bahía de ensueño, agitado por alas doradas, con tu sol y tu luna plateada”.
Con la ayuda de la Biblioteca Pública Municipal de Paita y su confirmación acerca de la existencia actual de los lugares, La República reúne los inmuebles que entre arena y mar protegen una parte de la memoria sentimental de este pueblo norteño.
El 27 de julio de 1834 nació en Paita el almirante Miguel Grau Seminario, el ‘Caballero de los mares’. Desde su infancia, fue un apasionado por el mar. Tanta fue su afición que a los 9 años se embarcó en un buque mercante y pasó un momento duro cuando la nave naufragó frente a la isla Gorgona.
Si bien existe una casa-museo en el centro de Piura ciudad, la primera que habitó se ubicó en esta parte de la región, donde pasó los primeros años de su vida mientras su padre ejercía sus labores como empleado de la Aduana de Paita.
La repercusión de su valentía engalana a la ciudad y al Perú entero. Incluso, dentro del convento de Los Descalzos, en el Rímac, Lima, existe una capilla dedicada al héroe: allí rezó y se confesó por última vez antes del Combate de Angamos. Este espacio es custodiado por la Marina de Guerra del Perú.
De acuerdo con el libro "El paiteño inmortal", de Heriberto Abad Coloma, la casa del Miguel Grau se ubica cerca a la plazoleta de Guillermo Miñán. Foto: Biblioteca Municipal de Paita
Fue una política y militar ecuatoriana a quien se le reconoce su papel como prócer de la independencia hispanoamericana. Nació en Quito en 1797, pero murió en Paita en 1856, víctima de una epidemia que hizo sufrir al puerto. ¿Cómo llegó hasta esta parte del norte del Perú? Su estancia tiene que ver con Simón Bolívar, con quien sostuvo una relación extramatrimonial cuando estaba casada con James Thorne.
Su causa libertaria fue reconocida y premiada por José de San Martín: le otorgó la distinción de Caballeresa de la Orden del Sol del Perú en el marco de las celebraciones con motivo de la Independencia del Perú, el 28 de Julio de 1821. Pero, cuando Simón Bolívar falleció, el poder le anuló la posibilidad de retornar a su natural Quito y, resignada, se estableció frente al mar de Paita.
Aquí vivió abandonada por la élite económica, pero no por el círculo cultural. Giuseeppe Geribaldi, Ricardo Palma, Joaquín Olmedo y Don Simón Rodríguez, el guía espiritual del libertador, llegaban a visitarla.
Casa de Manuelita Sáenz. Foto: arhivo de la Biblioteca Municipal de Paita
Segunda casa de Manuelita Sáenz. Foto: archivo de la Biblioteca Municipal de Paita
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Impulsado por la fama de la talentosa estratega ecuatoriana, el poeta y político chileno Pablo Neruda, quien nació en 1904, estuvo en Paita para vincularse con el recuerdo de Manuelita: ella estaba presente en las tertulias de su profesión.
Pero aunque el poeta indagó en el cementerio del puerto, San Pedro, ningún poblador le pudo indicar dónde descansaba Sáenz. “Detuve al niño, al hombre, / al anciano, / y no sabían donde falleció Manuelita / ni cuál era su casa / ni donde estaba ahora / el polvo de sus huesos”. (Pablo Neruda, Cantos Ceremoniales)
Como la resignación no era una opción, sus letras construyeron una versión más íntima: “La insepulta de Paita”, un poema con nombre y apellido. A continuación, un fragmento:
El mar y Manuelita
Aquí me llevó ella, la barquera,
la embarcadora de Colán, la brava.
Me navegó la bella, la recuerdo,
la sirena de los fusiles,
la viuda de las redes,
la pequeña criolla traficante
de miel, palomas, piñas y pistolas.
En este caso, Pablo Neruda, se hospedaba por los caminos arenosos que llegaban a la Plaza del Puerto, pero no hay mayor referencia.
En el seno de una familia acomodada, Pilar Pallete nació en Paita el 3 de septiembre de 1928. La actriz tiene 93 años y aunque participó en la película “Sabotaje en la Selva”, estrenada en 1953, saltó a la opinión pública por ser la tercera esposa del fallecido actor y cineasta estadounidense John Wayne. Ambos se conocieron en Tingo María en 1952, cuando John estaba buscando locaciones para filmar “El Álamo”.
Si bien los dos eran casados en ese entonces, se reencontraron en 1954 para contraer nupcias en Kona, Hawái. La familia comprendió tres hijos: Aissa, Ethan y Marissa.
Casa donde vivió la familia Pallete y, por ende, Pilar Pallete. Foto. archivo de la Biblioteca Municipal de Paita