A diario, son miles las personas en distintas partes del mundo que transitan por los pasillos de los principales aeropuertos. Como parte de ello, es normal que mientras uno espera por su viaje, conecte sus dispositivos móviles a los enchufes y puertos USB que se ofrecen al público para recargar la batería. ¿Sabías que es una práctica riesgosa? En esta nota, te explicamos las razones.
El juice jacking es un tipo de ciberataque al que millones están expuestos vía hardware, pero pocos conocen. Como tal, terceros malintencionados se aprovechan de los puntos de carga USB que se colocan en estantes, sillas y paredes de las salas de espera para intervenirlos. De ese modo, buscan que al conectarse teléfonos o tablets se instalen malwares diseñados para espiar.
No te vas a enterar de que la aplicación maliciosa se ha infiltrado en tu equipo; sin embargo, robará tu información sensible en segundo plano, ya sean contraseñas, direcciones de correos electrónicos, credenciales de redes sociales y tus cuentas bancarias. También puede pasar que usen tu cámara y micrófono para monitorear lo que haces. El proceso se facilita, ya que la conexión USB, pensada para la carga energética en este caso, también permite la transferencia de datos a grandes velocidades.
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En esencia, si sabes que tu teléfono almacena muchos datos personales que no pueden quedar a merced de delincuentes, configura las opciones de conexión USB para que solo se realice la carga si es que no te queda de otra.
Además, como consejo, siempre lleva contigo una batería externa para efectuar el suministro de energía a tu móvil cuando le quede poca autonomía. Asimismo, porta contigo tu cargador para que aproveches los tomacorrientes, que es la opción más recomendable en esos casos.
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