Han pasado 30 años desde que la revolución del internet llegó a los hogares a través del nacimiento de sistemas como la World Wide Web y los primeros navegadores web. Aun así, si nos remontamos a los orígenes que la mayoría recordamos, es casi imposible no mencionar a Internet Explorer, quizá uno de los primeros navegadores de fama mundial y que solo recientemente fue descontinuado, poco antes del anuncio de Windows 11.
IE acompañó las sesiones en línea de millones de usuarios en los años noventa e inicios de los 2000. Su vida útil ha sido larga y solo hasta hace menos de una década seguía siendo el browser más utilizado a nivel global.
A medida que iban llegando opciones más estables, seguras y rápidas (como Firefox, Chrome o el propio Edge Chromium) la fama de IE viró hacia algo más pintoresco, hasta el punto de convertirse en un meme referente a su propia lentitud, pero, aún con todo ese desenlace, en los años noventa, Internet Explorer fue el explorador de preferencia para muchos, y ciertamente ganó fama por ser incluido en los sistemas operativos de Microsoft (sin instalación requerida), como Windows 98.
Pese a ello, puede que no todo haya sido tan meritorio para los creadores de Internet Explorer, al menos en sus primeras versiones. Según algunas fuentes, el propio Thomas Reardon, creador del programa, confesó alguna vez haber utilizado código fuente de otro browser conocido por entonces: Spyglass Mosaic.
¿Qué significa esto? Que IE era básicamente un navegador ya hecho con algunos cambios y al que se le cambió de nombre. Ciertamente, el considerarlo un plagio solo por contener código fuente de otro programa depende de aspectos subjetivos, pero lo cierto es que el hecho ha generado una controversia que ha durado años en la internet.
Según el portal Techspot, en 1994, Microsoft licenció Spyglass Mosaic por un tarifa trimestral y un porcentaje de las ganancias de la compañía no relacionadas con Windows. Tras esto, Reardon intentó evitar el pago de esa tasa al incluir Internet Explorer 1.5 gratuitamente en Windows NT (haciendo que Mosaic no sea necesario). Esto provocó una demanda que finalizaría en enero de 1997 e impuso a los de Redmond desembolsar 8 millones de dólares.
Todos estos acontecimientos fueron bautizados por la prensa especializada como “la guerra de los navegadores”. En un antiguo artículo escrito por Eric Sink, líder del proyecto Mosaic, en news.com, se señala: “El equipo original de Internet Explorer estaba conformado por solo seis personas. (...) IE 2.0 era básicamente Spyglass Mosaic con no muchos cambios. IE 3.0, por el contrario, fue una actualización mayor, pero todavía mantenía mucha base de nuestro código. IE 4.0 estaba cerca a una reescritura, pero nuestro código seguía ahí. Lo podíamos deducir por la presencia de ciertos bugs esotéricos que eran específicos de nuestro motor de interfaz”.
“Licenciar nuestro navegador fue una gran ganancia para Spyglass, pero también una gran pérdida. Nos dimos cuenta tarde cuando, en una mañana, intentamos programar nuestra segunda conferencia para clientes OEM. Los mismos nos dijeron que no iban a estar presentes porque Microsoft estaba tras de ellos. El mensaje se hizo claro: vendimos nuestra tecnología a 120 compañías, pero una de ellas destrozó a las otras 119”.
El resto es historia, aunque ahora, tres décadas después, Internet Explorer por fin ha llegado a su despedida y dejará de ser soportado a mediados de 2022 (en Windows 10), según anunció Microsoft. Por otra parte, se estima que Windows 11 no tendrá ninguna versión del veterano browser.