Numerosos estudios avalan las propiedades beneficiosas que los ácidos grasos Omega 3 aportan a distintos grupos poblacionales, entre ellos los niños, las embarazadas y las personas con problemas cardiovasculares. Pero no son los únicos, también los deportistas y todos aquellos que practican ejercicio se favorecen de su inclusión en la dieta. Los ácidos grasos poliinsaturados Omega 3 son muy importantes para el metabolismo celular ya que son precursores de sustancias implicadas en el sistema inmune, la coagulación sanguínea, el sistema nervioso y la estabilidad de las membranas celulares. Su ingesta favorece la reducción del colesterol, previene la formación de coágulos y reduce la presión arterial, lo que supone un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Existen estudios controlados que demuestran que su consumo disminuye la mortalidad cardiovascular y su efecto se debe principalmente a que estabilizan la contracción del músculo cardiaco y, por tanto, disminuyen la tendencia a las arritmias graves que presentan los pacientes con enfermedad cardiovascular (infarto de miocardio). También mejoran la capacidad cognitiva y visual del niño, así como su desarrollo físico y psíquico. Un estudio reciente de la Universidad de Ben Gurion del Negev (Israel) ha mostrado que la inclusión habitual de ácidos grasos Omega 3 en la dieta infantil también podría conllevar beneficios en casos de depresión infantil. Hay investigaciones que prueban que estos ácidos grasos están involucrados en aspectos como la inteligencia, la visión, la concentración, el desarrollo cerebral o algunos de los trastornos neurológicos como Parkinson o Alzheimer. Estas ventajas se explican por qué una parte importante del cerebro está formado por grasas y los Omega 3 ocupan un porcentaje considerable de éstas. Omega 3 en los deportistas El deporte es una actividad con evidentes beneficios para la salud, pero cuando el esfuerzo realizado es intenso o de larga duración se producen algunas respuestas que aumentan el riesgo a sufrir lesiones. Los dos procesos que más preocupan a los deportistas son los oxidativos (muy relacionados con el envejecimiento de nuestro cuerpo y mayor propensión a las enfermedades) y los inflamatorios. Los ácidos grasos de la serie omega 3 tienen un efecto protector en ambos casos por su acción antiinflamatoria que también modula la respuesta oxidativa.