El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, advierte que, todos los días muere al menos un niño cada 45 segundos a causa de la neumonía, siendo la enfermedad infecciosa que más muertes ocasiona en niños de todo el mundo. Sin dejar de lado que los adultos mayores de 65 años, también tienen un riesgo mayor, pues el sistema inmunitario generalmente se debilita a medida que la gente envejece.
Dadas las cifras, es importante tener en cuenta que la neumonía puede ser una infección respiratoria grave, por esta razón se deben tomar medidas para intentar prevenirla.
Cabe destacar que la neumonía representa el 81% de las causas de muertes por infecciones neumocócicas, por lo que resulta fundamental redoblar esfuerzos a fin de evitar infecciones respiratorias agudas que provoquen hospitalizaciones y fallecimientos.
En la región, el neumococo es el segundo agente que causa neumonías adquiridas en la comunidad que requieren hospitalización, sólo después del virus sincicial respiratorio. Si bien la susceptibilidad a las infecciones por neumococo es universal, estas son más frecuentes entre los 2 meses y los tres años y también después de los 65 años.
Rumbo al Día Mundial de la Neumonía a conmemorarse el 12 de noviembre, Gabriela Ábalos, Líder Médica de Vacunas para Latinoamérica de Pfizer, advierte que más de 95% de todos los episodios de neumonía clínica y más de 99% de muertes por neumonía que sufren los niños menores de 5 años en todo el mundo se producen en los países de bajos y medios ingresos.
“Ante esta situación, las vacunas conjugadas contra el neumococo (PCV, por sus siglas en inglés) han disminuido la mortalidad, morbilidad y discapacidad infantil asociadas a la enfermedad neumocócica. La identificación de serotipos varía según la región geográfica, edad y periodo de estudio; 6 a 11 de los serotipos más comunes causan aproximadamente 70% de todas las infecciones invasoras en niños en el mundo, de estos, los serotipos 6A y 19A fueron asociados a neumonías bacterianas. Las vacunas conjugadas actuales han demostrado un substancial impacto contra las neumonías generadas por los diferentes serotipos presentes”, resalta.
Cada año, la neumonía causa la muerte de más de 300 mil personas en el continente americano. Si bien el impacto de esta enfermedad alcanza a todos los grupos etarios, las infecciones por neumococo se presentan con mayor frecuencia en los extremos de la vida, en el caso de los niños las cifras nos muestran que cada año, más de 700.000 niños menores de cinco años mueren de neumonía, de los cuales más de 153.000 son recién nacidos, un grupo especialmente vulnerable a la infección. Siendo no menos alentador el panorama para los adultos mayores.
Con base en estas cifras, esta enfermedad se ubica como la quinta causa principal de muerte, sólo por debajo de las cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y cáncer de pulmón, y por encima de la nefropatía, alzheimer, diabetes, cirrosis y cáncer colorrectal.
Una de las principales estrategias de prevención contra la neumonía es la vacunación, especialmente en los países que luchan con una doble carga de neumonía entre niños y adultos: “El uso rutinario de vacunas contra la neumonía en niños ha cambiado sustancialmente la epidemiología de la enfermedad. En niños pequeños vacunados, la enfermedad a consecuencia de serotipos para los que hay vacunas ser ha reducido a niveles insignificantes. Adicionalmente, estudios han demostrado los programas de vacunación entre la población infantil conducirán, en promedio, a una protección sustancial entre toda la población en el transcurso de una década. Esta protección indirecta deberá ser considerada al evaluar la vacunación de grupos de mayor edad”, destaca la Dra. Ábalos.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), desde el año 2000 la vacuna neumocócica conjugada (PCV por sus siglas en inglés) ha sido introducida en la región, y desde diciembre de 2019, 37 países y territorios cuentan ya con al menos una de las dos vacunas neumocócicas en sus programas regulares.