Pedro Castillo es el último de los presidentes del Perú en dar un golpe de Estado. A pesar de que no se haya concretado y Castillo fuera vacado por el Congreso, igual el exmandatario sigue siendo recordado por ese infame intento. Sobre todo porque recordaró el autogolpe de Alberto Fujimori, el 5 de abril de 1992. A 30 años de dicha fecha, parecía que la historia se iba a repetir, pero ¿en cuántas ocasiones pasadas ya se atentó contra la democracia del Perú?
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Durante los primeros años de la república peruana, se registró una lucha constante entre los diferentes movimientos y sectores de la sociedad que buscaban obtener el poder. En total, entre 1821 a 1845, hubo 53 Gobiernos y seis constituciones.
En 1872, durante el Gobierno de José Balta, el pueblo eligió como nuevo mandatario a Manuel Prado. Sin embargo, a una semana de que asuma su cargo el 28 de julio, los hermanos Silvestre, Julio, Marceliano y Marcelino Gutiérrez realizaron un golpe militar en el cual Balta terminó asesinado.
Esto no fue aceptado por los ciudadanos, quienes, tras protestar contra los hermanos, terminaron asesinando a tres de ellos, dejándolos colgados en las torres de la catedral de Lima.
El general Andrés Avelino Cáceres registra en su historial varias rebeliones e insurrecciones, entre las cuales destaca su lucha contra Manuel Ignacio Vivanco y Juan Antonio Pezet, o su apoyo a Ramón Castilla.
En 1884, luego de la guerra con Chile, Cáceres lideró la lucha contra el Gobierno de Miguel Iglesias, quien terminó renunciando y tomó el poder de 1886 a 1890. Su vicepresidente, Remigio Morales, lo sucedería.
Cáceres, aprovechando su influencia en el Gobierno, sería ganador de las elecciones de 1894, pero esta fue rechazada por gran parte de la población, generando una nueva guerra civil encabezada por Nicolás de Piérola, quien asume el cargo de presidente en 1895 tras la renuncia de Cáceres.
Augusto B. Leguía inició un Gobierno autoritario en 1929. Luego de modificar el artículo de la Constitución que le permitiría la reelección inmediata, se quedó en el poder durante 11 años.
A causa de la crisis económica por la Primera Guerra Mundial, se alzó el comandante Luis Miguel Sánchez Cerro en 1930, quien, tras convocar a elecciones, fue escogido como presidente. Sin embargo, terminó asesinado en 1933.
En 1948, el general Manuel Odría encabezó un golpe de Estado contra el mandatario José Luis Bustamante y Rivero, con lo que dio inicio a lo que hoy se conoce como el ochenio.
Odría permaneció en la Casa de Pizarro hasta 1956, cuando Prado Ugarteche asume la presidencia después de ganar las elecciones generales.
En 1963, Fernando Belaúnde Terry asumió el poder en medio de un clima de crisis económica e inestabilidad política. Aprovechando el escenario, el 3 de octubre de 1968, Velasco Alvarado produce un golpe de Estado. Este sería el comienzo de la última dictadura militar que el Perú ha presenciado.
Luego de que Velasco llevara a cabo diversas medidas autoritarias que acentuaron la crisis económica del Perú, el general Francisco Morales Bermúdez perpetró el 29 de agosto de 1975 un golpe de Estado, el cual lo puso en el sillón presidencial durante cinco años.
Uno de los hechos más recordados de nuestra historia. El 5 de abril de 1992, el expresidente Alberto Fujimori lanzó un mensaje por televisión en el que indicó que ‘disolvería’ el Congreso, argumentando que la oposición no le permitía tomar las medidas que consideraba necesarias.
El 13 de noviembre de 1992, el general de división EP Jaime Salinas Sedó, junto con un grupo de militares del Ejército del Perú, encabezó un intento por restablecer el orden democrático.
Cuando el Ejército se levantó contra Fujimori, este buscó refugio en la embajada de Japón y denunció que la medida fue un intento de asesinato. La acción fue controlada y sus líderes encarcelados.
Luego de su segunda reelección en el 2000, el Gobierno de Fujimori era acusado de varios actos de corrupción y violación de los derechos humanos, lo que ocasionó que renunciara por fax desde el extranjero.
Este miércoles 7 de diciembre, el exmandatario Pedro Castillo brindó un mensaje a la nación señalando que “disolverá temporalmente el Congreso de la República e instaurará un gobierno de emergencia excepcional”.
Sin embargo, tras el rechazo de la medida por las entidades públicas, las Fuerzas Armadas y su gabinete de ministros, el Parlamento decidió, con 101 votos a favor, vacar de la presidencia a Pedro Castillo.