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Opinión

Cuidadoras y creadoras: una deuda pendiente con las mujeres rurales, por Cynthia Cienfuegos

 A pesar de su creatividad y de los conocimientos ancestrales que poseen, enfrentan círculos de violencia y exclusión que perpetúan su vulnerabilidad. No pueden tomar sus propias decisiones, pues su potencial convive con la precariedad en el ejercicio de sus derechos.

larepublica.pe
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Flor es una joven de 21 años que reside en el distrito rural de Cachachi, ubicado en la provincia de Cajabamba, en el departamento de Cajamarca. Desde 2004 hasta la fecha, Cachachi ha recibido más de 85 millones de soles por concepto de canon minero. Sin embargo, hoy también se encuentra en el puesto número 7 de los 20 distritos más pobres del Perú.

Flor soñaba con estudiar psicología, pero no logró culminar la secundaria. A los 16 años quedó embarazada y dejó los estudios. No tuvo acceso a una educación sexual integral. Actualmente, es madre y cuidadora de una niña, además de encargarse de las labores domésticas a tiempo completo. Pero Flor no solo es cuidadora: también es creadora. Desde pequeña, heredó de su abuela y su madre la técnica ancestral del tejido a callua, o “telar de cintura”.

Recientemente, una vecina la invitó a formar parte de una asociación de artesanas cuyo objetivo es convertir sus trabajos en una oportunidad de desarrollo. Como Flor, varias integrantes de la asociación son madres y cuidadoras; la mayoría depende económicamente de sus parejas, muchas no saben leer ni escribir, y otras son adultas mayores. A pesar de su creatividad y de los conocimientos ancestrales que poseen, enfrentan círculos de violencia y exclusión que perpetúan su vulnerabilidad. No pueden tomar sus propias decisiones, pues su potencial convive con la precariedad en el ejercicio de sus derechos.

En el Mes de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25N), es crucial recordar que las desigualdades entre hombres y mujeres, así como las violencias basadas en género, son diversas y múltiples. Incorporar enfoques de género e interseccionalidad en la gestión pública se vuelve cada día más urgente para abordar estos problemas de manera integral y construir soluciones pertinentes y sostenibles.

El ejemplo de Flor nos recuerda la enorme deuda que el Perú tiene con las mujeres rurales, quienes enfrentan múltiples formas de exclusión y desigualdad en su vida diaria.4o