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Opinión

El sentido común como doctrina, por Rafael Belaúnde Llosa

De la misma manera, derribar las barreras que impiden llegar a los mercados, terminar con los privilegios mercantilistas, fomentar la competencia y procurar que sea lo más perfectamente libre posible. 

larepublica.pe
Belaúnde

Facho, DBA, caviar, extrema derecha y extrema izquierda son los calificativos que lamentablemente predominan hoy para dimensionar en términos políticos a una persona. Rehuir a encasillarse en el molde de izquierda, centro o derecha trae consigo el riesgo de ser calificado como “tibio” o “dubitativo”. Personalmente, me rebelo y resisto a esa reducción simplista y acaso vacía.

Fernando Belaunde Terry, ante esa interrogante, contestaba: ¡Ni izquierda ni derecha ¡Adelante! Esta respuesta, con fachada de evasión, encierra mucho de verdad. Darle más importancia a la etiqueta que a la sustancia desvía el debate de los temas de fondo y centra la discusión en una frivolidad semántica, y prioriza la estigmatización política a la búsqueda de soluciones reales a los problemas del país.

Con la caída del muro de Berlín y el fin de los socialismos reales, quedó claro que son los efectos de las políticas pragmáticas acertadas, y no los dogmas y prejuicios, los que mejoran la vida de las personas. Por eso, es importante reivindicar el “sentido común” como hoja de ruta.

No gastar más de lo que se tiene, liberar las fuerzas productivas e innovadoras de la iniciativa privada, promover la inversión, así como un Estado presente y eficiente, ahí donde se le requiere, que garantice la salud y educación pública, la infraestructura, seguridad, acceso a una justicia eficaz y predecible es parte de trazo que debemos dibujar juntos.

De la misma manera, derribar las barreras que impiden llagar a los mercados, terminar con los privilegios mercantilistas, fomentar la competencia y procurar que sea lo más perfectamente libre posible. Todo esto para emparejar las condiciones en el punto de partida entre los peruanos y que sean el mérito, talento y perseverancia los que signen el camino al éxito.

Estos son los temas de fondo a donde debemos llevar el debate y no a las etiquetas. Reivindiquemos el sentido común, la honestidad y la libertad como doctrina.