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Opinión

Seis ministros del interior en 17 meses

Los cambios no han tenido nada que ver con la institucionalidad sino con necesidades personales de Dina Boluarte. 

larepublica.pe
Editorial

Posiblemente, nadie recuerde los nombres de los seis ministros del Interior que han ido sucediéndose en los últimos 17 meses de Gobierno de Dina Boluarte. Lo que sí será recordado son los hechos que motivaron la salida de los dos últimos por lo menos. Uno de ellos, después de que el equipo especial de la Diviac intervino la vivienda de la mandataria y las oficinas de Palacio de Gobierno, produciéndose el allanamiento con descerraje en la casa.

La última salida de ministro se produce tras la captura y detención preventiva del hermano de la mandataria, Nicanor Boluarte, quien es acusado de urdir una red corrupta para colocar funcionarios de su entorno y adicionalmente usar el Estado para armar un partido político propio.

En ese último episodio, las conversaciones impropias entre la mandataria y los funcionarios públicos que integran los equipos encargados de las detenciones, seguimientos e investigaciones, han quedado a la luz. En todas ellas se guarda un mismo patrón: se busca cómo llegar a esta persona encargada de la investigación a través de terceros, se realiza el contacto con la presidenta y ella sostiene un diálogo en el que pretende dar pautas sobre qué sería mejor para el funcionario, que posee bemoles de amedrentamiento.

¿Qué tiene de institucional esta relación? Nada. El Mininter está ahora enredado en manejos que no tienen que ver con sus funciones. Sacando y poniendo jefes policiales, buscando expedientes, abriendo investigaciones para perjudicar a unos y ofreciendo ascender a otros, en un afán de bloquear el curso de la justicia e interferir en las investigaciones en marcha.

¿Quién se perjudica con estas negociaciones impropias? La ciudadanía. Cada cambio de ministro del Interior genera una ola de nombramientos de nueva plana jerárquica, de una nueva discusión de planes estratégicos para enfrentar la inseguridad ciudadana, que es un gravísimo problema y que no se está abordando como corresponde. Y los que ganan con tanto cambio son los delincuentes, que tienen cada vez más cancha libre para seguir aterrorizando a los peruanos.