Un reciente dibujo de Carlos Tovar casi seguro que pone las cosas en su sitio acerca de la fuga de Vladimir Cerrón: el sujeto sapea desde la maletera entreabierta del auto de Dina Boluarte, a pocos centímetros de su persona. ¿La presidenta sabe de esto? Quizás no. Pero alguien en su entorno está necesariamente informadísimo, en la versión Tovar. Pero quizás el intríngulis es más complicado.
Es notorio que, con cerca de 200 días huyendo de la justicia, tiene que haber surgido un sustituto capaz. Sobre todo si los 200 días terminan en unos años de prisión. Pero el cirujano se conduce como un dueño del partido, sin atenuantes. ¿Se está jugando el todo por el todo? No es lo que transmite la suma de sus mensajes por la red. Su tono es más bien no pasa nada.
Hay varias versiones sobre la libertad de Cerrón: la deliberada vista gorda; la estudiada desidia; un reguero de pagos ocasionales; no hay tal Cerrón suelto en plaza, sino en dorada reclusión, con acceso a la electrónica y redes sociales. En un momento se habló de un sitio frente al mar y sigue siendo una hipótesis a considerar.
Volviendo a las cuatro opciones del párrafo anterior, ninguna es como para borrar la plana mayor de Patria Libre de toda existencia. Quizás se trata de que nada afecte el poder de Cerrón, que es la alianza con la derecha. Por tanto, no solo hay que evitar perseguirlo, sino, además, protegerlo para evitar que sea capturado. Hasta el momento preciso.
¿Cuál es, pues, el secreto de esta llamada fuga? No hay avistamientos por parte de ciudadanos. ¿Es porque viaja entre lunas polarizadas? ¿O de maletera en maletera? No hay mucho dinero de los medios invertido en investigar lo que opinan los policías. Sabemos, sin embargo, que es un fan de los restaurantes, como demostró llegado Evo Morales hace unos años.
Algunas respuestas. No lo quieren capturar para no afectar la alianza PL-derecha dentro y fuera del Congreso. Cerrón no quiere reeditar su experiencia carcelaria. Está corriendo demasiado dinero como para interrumpir el chorro. No hay, pues, un gran secreto, sino muchos pequeños secretos. Gran secreto el de Víctor Raúl Haya de la Torre, guardando las distancias.