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Opinión

El modelo salvadoreño

El triunfo abultado de Nayib Bukele sin mayor oposición pone en debate la vigencia de la democracia en el país.

larepublica.pe
EDITORIAL

Quedó confirmado en urnas lo que se especulaba desde el inicio de la campaña de Nayib Bukele para la reelección. Le iba a ser fácil repetir el mandato consecutivamente, aunque su propia Constitución lo impedía.

Durante la etapa electoral se puso en evidencia que, pese al amplio margen de apoyo de Bukele, no se dejaron de adoptar reformas para favorecer a su organización política y se mantuvieron los ataques a medios independientes y la sociedad civil.

Los pesos y contrapesos entre poderes del Estado, que son fundamentales para garantizar la vigencia de la democracia, no se respetaron y se han desmantelado entidades como la Sala de lo Constitucional y al propio fiscal general, con un proceso sumario organizado desde la Asamblea Legislativa que era dominada por los partidarios del presidente.

Es decir, un triunfo holgado se convirtió en una maquinaria que le garantizó un triunfo aplastante que además ha dejado en entredicho la vigencia de la propia democracia en el país centroamericano.

El modelo salvadoreño es ahora un gobierno de partido único y sin medios de comunicación independientes y donde se persiguen las libertades de expresión y opinión, pero con gran respaldo popular y con una masiva votación a su favor.

Se trata, indudablemente, de un líder carismático que ha reducido los indicadores de violencia en El Salvador, asolado por pandillas que han sido encerradas en prisión. Estas acciones, sin embargo, estuvieron manchadas por las violaciones de DDHH con las que se produjeron muchas intervenciones, requisas, capturas, etc. Hay suficiente sustento periodístico sobre este quehacer de los sistemas de seguridad de Bukele y otras denuncias que lo implican en actos de encubrimiento de actos ilícitos. Los salvadoreños, no obstante, lo siguen eligiendo como un referente de la lucha contra las mafias que habían capturado las calles. Más seguridad con menos democracia.