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Opinión

Países con destino sombrío, por Dr. Moisés Barrantes

"Si existe pobreza, desigualdad económico-social y explotación, la población y la sociedad en su conjunto soportarán malas condiciones de vida y pueden reaccionar".

larepublica.pe
BARRANTES

Las noticias de los medios de comunicación internacional dan cuenta de la situación que vive el vecino país Ecuador, con hechos graves de violencia y muertes, que nos preocupa porque están en nuestra imaginación las características de la sociedad de este país hermano, que en varios aspectos se parecen a nuestra realidad. Por ello no es suficiente solo el comentario y análisis de los hechos violentos, sino también es necesario conocer los factores causales de esta realidad.   

Ciertamente, existen países con condiciones sociales, económicas culturales y morales que se parecen a la realidad ecuatoriana, en diferente magnitud. Hay pobreza y hambre en gruesos sectores de la población, con una minoría que dispone de riqueza material, pero la sociedad se mancha porque no hay equilibrio ni progreso. Entonces, algunos recurren a prácticas delictivas.

Si existe pobreza, desigualdad económico-social y explotación, la población y la sociedad en su conjunto soportarán malas condiciones de vida y pueden reaccionar. La calidad de esta respuesta depende de muchos factores, incluyendo las características culturales de la población. Existe un sector de las personas que sigue el camino errado y al desesperarse se inclina por el facilismo y el crimen

Sucede que, si quitamos la manta que cubre la violencia y muerte, encontraremos la base que explica esta realidad. En las sociedades de estos países, el denominador común es corrupción, delincuencia, narcotráfico, desigualdad e injusticia. La corrupción se infiltra en las instituciones y poderes del Estado, el narcotráfico corrompe y llega a las personas e instituciones, públicas y privadas, dañándolas.

Si el país es subdesarrollado, el sufrimiento es mayor y de difícil solución. Porque corrupción, delincuencia y narcotráfico penetran en las instituciones públicas y privadas, en los poderes del Estado, en las empresas y en pobladores de a pie, comprometiendo negativamente a la sociedad, que queda muy mal, sin fuerzas para luchar y avanzar.

Algunos organismos internacionales, junto con los Gobiernos de ciertos países desarrollados, identifican a las naciones que se desenvuelven en su vida diaria bajo la influencia marcada del narcotráfico, denominándolas narcoestados. A esta pobre situación no se debe llegar, por eso preocupan las denuncias de altos funcionarios que estarían ligados a estas redes destructivas, como se observa en algunos países de Asia y América.

Observamos también en algunos países, acosados por la delincuencia, donde suceden asaltos, robos y extorsiones, que sus Gobiernos dan muestras evidentes de debilidad y error; pues decretan estado de emergencia y la delincuencia continúa operando igual. De esta manera la población, las instituciones pierden confianza en los gobernantes máximos del país. Queda la sensación de estar viviendo en un lugar de sálvese quien pueda.

Precisamos que al abordar temas sociales importantes y graves no hay que quedarse en los hechos que expresan el fenómeno de la realidad. Es imprescindible completar la obra, averiguando la esencia de los hechos; vale decir, explicar los factores causales y sus relaciones. Así estaríamos luchando contra el futuro sombrío de la patria. Todos debemos participar. En mi campo de trabajo, salud y educación, pilares de la sociedad, debemos contribuir para salir de la oscuridad.