El jalón de pelos a la presidenta Dina Boluarte en Ayacucho sigue desgreñando, una semana después, las carencias del gobierno y de la oposición.
Al gobierno, le desnuda una falta de inteligencia (en todo sentido) que explica muchas cosas: si el planeamiento de los periplos presidenciales es una tomadura de pelo, qué podrá resolver la crisis económica o la inseguridad.
La oposición también queda con los crespos hechos. Aferrarse a un samaqueo de melena expresa entusiasmo por la minucia. Primero la quiso vacar; cuando no pudo, quiso prohibirle viajar al exterior; y como no pudo, ahora le quiere prohibir viajar por el país.
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El debate estalló cuando le preguntaron al ministro de turismo si Boluarte seguiría viajando por el país pese al jalón, y respondió con un diplomático “no se descarta” que políticos y periodistas estiraron con poca verdad más que pelo de Boluarte: “Desafía a Puno”.
¿Esperaban, acaso, estos creativos opositores, que el ministro declare lo que ellos querían que diga? Algo como que ‘la presidenta ya no volverá a salir de Palacio, y ni se asomará por la ventana, para no herir susceptibilidades’.
Es evidente, por un lado, que a un presidente no se le puede prohibir que viaje, ni siquiera con argumentos festivos como el de la expremier castillista Mirtha Vásquez: si Boluarte viaja, cometería ‘delito provocado’ pues estaría promoviendo reacciones ilegítimas (o sea: vas preso si te roban el celular que usabas en la av. Arequipa).
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Tan alambicados como los que critican a Boluarte porque mantenía el gesto de risa durante el jaloneo, o los que gritan que ‘tiraba caramelos para humillar a los deudos de los que asesinó para que se arrodillen a sus pies’.
Tan grotescos como la exigencia para que Boluarte no viaje ni a Chosica por parte de políticos que no pueden ir ni a la panadería sin que los insulten.
Es evidente, por otro lado, que el equipo de la presidenta debe saber dónde puede viajar, cuándo viajar, cómo cuidarla y qué hacer en el viaje, evitando dulces situaciones como el lanzamiento de caramelos donde un año antes policías mataron a protestantes.
No sería buena idea, por ejemplo, que Ricardo Gareca vaya esta tarde a la tribuna del estadio nacional de Lima. Viajar o no viajar. That is the question!