A estas alturas, el pronóstico más sencillo y preocupante es sobre los efectos de El Niño en el 2024. Casi no es un pronóstico. Lluvias permanentes en la costa norte y sequías devastadoras en otras 13 regiones. Las autoridades tienen recursos para ciertas medidas de contención, pero de ninguna manera las suficientes, y el déficit de ingeniería se acumula.
Lo que tenemos ahora es una suerte de catástrofe social en cámara lenta, no la suficiente como para ocupar muchas primeras planas y, por tanto, tampoco la atención del público y las autoridades. Como que El Niño tiende a ser visto como una mala costumbre climática, de la que hay que defenderse, pero que va a desaparecer sola.
La Organización Meteorológica Mundial estima que El Niño (la oscilación llamada ENSO) durará por lo menos hasta abril de este año. Lo cual significa medio semestre adicional de catástrofe en las regiones afectadas. Además, se estima un 60% de posibilidades de que ENSO se prolongue, unos meses, hasta junio del 2024.
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Una mirada retrospectiva nos muestra que ya a comienzos del año pasado El Niño fue sindicado como un factor de crisis inminente en la economía peruana, lo cual se confirmó. Digamos que era un pronóstico fácil, pues ya habíamos padecido esos efectos a diversa intensidad en otros años, por no decir en otros siglos.
La restauración de los daños producidos por el agua ha seguido parámetros de mayor o menor eficacia, sobre todo en los epicentros de la costa norte. Pero uno compartido es el rasgo de considerar en cierto modo al desastre un fenómeno transitorio, en el sentido de que no se repetiría, o por lo menos no tan fuerte.
En otras palabras, está demorando la conciencia de la necesidad de una solución permanente para un problema permanente. Lo cual puede llegar hasta el extremo de mover ciudades enteras hacia puntos donde las inundaciones no afecten. Si El Niño barrió con culturas enteras, no se va a detener frente a reconstrucciones con cambios.
De modo que la cosa es frente al ENSO 2025 y los que vengan, algunos de ellos potenciadísimos por el calentamiento global, ya nos están diciendo los especialistas. Es un tema tan importante que merecería un centro de estudios y planificación por sí solo.