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Opinión

Marcha al Congreso por la educación, por Augusto Álvarez Rodrich

En protesta contra un corrupto parlamento que la destruye.

larepublica.pe
AAR

Si un tema debería —y podría— impulsar una gran marcha en el país, es por la defensa del derecho a una mejor educación, en protesta contra un Congreso corrupto y mediocre que está demoliendo este fundamento del Perú.

Desde hace una década hay una contrarreforma educativa que ahora está cuajando gracias a lobbies indebidos incrustados en este parlamento que ya perdió su reputación de modo total e irreparable. Este tigre ya tiene tantas rayas que parece una pantera en la que ya no se podría advertir del desprestigio derivado de una nueva línea.

Primero, capturaron la Sunedu para poner a los gatos de despenseros con el fin de otorgarse ellos mismos licencias a universidades que, como la del congresista José Luna Gálvez, son escuelas de la ignorancia camufladas con drywall.

La cereza de este pastel podrido la trae el presidente de la comisión de educación José Balcázar para establecer el licenciamiento indefinido de universidades. Una vergüenza solo entendible por aceites que ponen a la mente a funcionar con ingenio incalificable.

Luego, estos Nerones de la educación se han dedicado a quemar la meritocracia abriendo las puertas a todos los maestros que no lograron su ratificación a través de, como correspondía, las pruebas de calificación.

A eso apunta la decisión del congreso de reponer a 14.000 profesores interinos que desaprobaron o se negaron a rendir el examen para lograr una plaza. Como señala el exministro Daniel Alfaro, esto perjudicará la calidad educativa, es una ofensa a los maestros que sí rindieron la prueba, y tendrá un impacto muy negativo en los intereses superiores de los niños peruanos.

Lo cual ensombrece el futuro de país. La ministra Magnet Márquez ha reaccionado correctamente al anunciar que el ejecutivo observará este mamarracho del Congreso, pero el gobierno va a requerir refuerzos para enfrentarse a un parlamento mafioso. 

A diferencia de las movilizaciones que fracasan por sus propósitos múltiples y contradictorios, este ataque antiguo y sistemático a la educación peruana debería motivar una gran marcha nacional rumbo al Congreso para protestar contra el propósito subalterno de dinamitar el futuro del país y en favor de bolsillos particulares.