Capital político para gobernar, por Augusto Álvarez Rodrich

Una pregunta clave es el costo de una estabilidad tipo rayos X.

Sin el capital político que hoy le falta a la presidencia de Dina Boluarte, es muy difícil gobernar, por lo que se entiende que su gobierno solo pueda durar y señale su rumbo con ese espíritu.

Gobernar es, para el DRAE, mandar con autoridad o regir algo, dirigir un país o una colectividad política, lo cual demanda capacidad y poder suficiente para guiar y dirigir a la nación.

Se puede ser presidenta legal, como sin duda es Boluarte desde que sucedió al golpista Pedro Castillo, pero eso no asegura capacidad efectiva para mandar con autoridad en la colectividad.

Con una desaprobación del 80% de la gente, y sin una bancada oficialista en el congreso que le asegure apoyo a sus iniciativas, es poco lo que puede hacer.

El Congreso le otorga un apoyo al gobierno, pero casi exclusivamente para durar hasta, en el peor de los casos, 2025, aunque no se lo ofrece para iniciativas de alcance mayor a eso.

Por ello, es apropiada la definición del ‘plan Boluarte’ planteada el sábado por Mario Ghibellini sobre seguridad, pero que se aplica a todo el gobierno: “No muevas un dedo y procura quedarte”. Algo como viajar en modo Rayos X: ‘No respire, no se mueva’.

Sin capital político se entiende que sea así, pues el gobierno no cuenta con respaldo para grandes proyectos, ni desea correr el riesgo de toda reforma o política pública de envergadura.

Hace poco, el expresidente del BCR Richard Webb recordó en su columna una reunión que tuvo en 1983, en medio de los estragos de un Niño muy fuerte, con Fernando Belaunde, en la que le planteó al entonces presidente reducir subsidios para financiar las inversiones públicas prioritarias, ante lo cual su interlocutor le hizo la escueta pregunta de “¿y mi capital político?”.

Webb comentó que, desde entonces, siempre ha tenido en cuenta la importancia del ‘capital político’ que puede aportar un líder de gobierno.

Lo cual lleva a plantear otra vez en esta columna el dilema de qué es mejor para el país, si un gobierno que dura pero sin capital político, no pudiendo gobernar plenamente, aunque permitiendo postergar el riesgo de un adelanto electoral de resultado incierto y riesgoso, versus la turbulencia que se generará en un país que se aletarga por no tener capital político para la acción.

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.