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Opinión

Todas las marchas, la marcha, por Augusto Álvarez Rodrich

"La relevancia del objetivo claro y sin agendas ocultas".

larepublica.pe
AAR

La gran convocatoria de la Marcha del Orgullo del sábado deja lecciones relevantes para el éxito de la movilización en el país, siendo la más importante tener un objetivo claro que sea convocante y que no haya agendas ocultas.

La Marcha del Orgullo realizada a nivel nacional en ciudades como Lima, Cusco, Arequipa o Chiclayo fue exitosa por su capacidad de convocatoria. Algunos estimados periodísticos sobre la cantidad de personas que asistieron en la capital van desde 20 mil hasta 50 mil ciudadanos. En cualquier caso, los videos y fotos son espectaculares.

El mensaje era, en un contexto de retroceso lamentable por el avance de un conservadurismo retrógrada y ramplón como el que hay en el congreso, que tiene una influencia creciente y nociva en la educación, la defensa del derecho de las personas a una vida sin sufrir prejuicios, agravios ni discriminaciones, con los mismos derechos del resto de los ciudadanos, como casarse, con todo lo que ello implica ante la ley.

Se puede pensar, entonces, que la marcha era exclusiva de la comunidad LGBTIQ+, pero es claro que para la comunidad peruana debería ser indispensable crear una sola comunidad en la que se respeten los derechos de las mayorías y de las minorías, pues pluralidad y diversidad es riqueza social.

Se puede esperar que el éxito de la Marcha del Orgullo del sábado sea la continuación de un proceso que es largo pero indispensable de creación de una comunidad donde se respeten los derechos de todos, lo cual constituye un potente mensaje convocante.

A diferencia, el sábado anterior se produjo, en el mismo escenario, una marcha contra el gobierno de la presidenta Dina Boluarte y el congreso, que tienen una desaprobación de 80% y 91%, respectivamente, según IEP, pero que logró una convocatoria en Lima de solo entre 300 y 500 personas, es decir, 4 gatos, según estimado de Omar Coronel, sociólogo experto en protestas.

El problema es de multiplicidad de objetivos —reposición del golpista/corrupto, nueva constitución, adelanto electoral, etc.—, así como el intento de infiltración en la marcha del 19J de las viudas políticas de Pedro Castillo, o de Sendero, lo cual no es terruqueo como dicen algunos de sus promotores-activistas, los bien intencionados y los otros.