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Opinión

Keiko ante Pikachú y el panetón, por Augusto Álvarez Rodrich

"No es imposible que Fujimori gane una elección presidencial".

larepublica.pe
AAR

Keiko Fujimori vuelve al ruedo del que nunca se fue para postular otra vez, y aunque la sabiduría convencional dice que la campeona del subcampeonato volverá a perder, como en las tres finales previas, su posibilidad de ganar no es, como creen —o desean— muchos, deleznable.

Aún no he tomado la decisión, pero no voy a renunciar a mi derecho a postular”, dijo Fujimori en su ronda reciente, y la reacción fue escepticismo e ironía: “Insiste en que es su derecho postular y claro que Pikachú le gana”, tuiteó el periodista Jesús Verde, y Rafael Belaunde Llosa, presidente de Libertad Popular, dijo que “tiene derecho a postular y perder todas las veces que quiera”. Ella respondió, a propósito del comentario previo de Betssy Chávez, “si dicen que no le gano ni a un panetón, ¿cuál es el problema?”.

Lula ganó la presidencia a la cuarta postulación (1989, 1994, 1998 y 2002), al igual que Salvador Allende (1952, 1958, 1964 y 1970). Suma al objetivo de Fujimori el que sus derrotas fueron estrechas: 447 mil votos (3 puntos) ante Ollanta Humala (2011); y menos de 40 mil ante PPK (2016) y Pedro Castillo (2021), en ambos casos 51,1% vs. 49,9%.

Si “la victoria les pertenece a los más tenaces”, como decía Roland Garros, pues sería cuestión de seguir tratando. Tres derrotas consecutivas es una mochila pesada, pero también puede implicar acumulación de experiencia.

Haber perdido tres veces con las justas animaría a cualquiera a intentarlo, aunque sea una vez más, pero eso requeriría haber aprendido del error, lo que no se evidencia cuando Keiko Fujimori insiste en la entrevista con ‘Panorama’ del domingo que en el 2021 hubo fraude electoral, lo que solo existió en su urgencia de encubrir una pataleta.

Patatús que se recordará como inicio de la turbulencia política desde 2016, aunque si Fujimori pasa a segunda vuelta, y se enfrenta a otro Pikachú-Panetón como el que fue Pedro Castillo, hasta una parte del electorado podría reducir su antifujimorismo. Aunque quizá su próximo rival sea de derechas y no necesariamente de izquierda.

Acá es difícil prever la elección tres años antes, pues depende de muchos factores inciertos. En el Perú, lo más previsible es lo imprevisible, como que, un día, Keiko Fujimori sea presidenta.