El poder real lejos de casa, por Ariela Ruiz Caro

Fuera de nuestra provinciana realidad, el fin de semana tuvieron lugar dos eventos donde se mueven los verdaderos hilos del poder mundial: la Cumbre del Grupo de los 7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) en Hiroshima, y la reunión anual del Club de Bilderberg, en Lisboa. En ambas se trasluce la crisis de polaridad en el planeta, con una agenda fuera de foco en términos de metas, plazos y recursos que no aborda de manera integral los problemas más graves de la actualidad, entre ellos, el del cambio climático.

Además de un mamotreto final de 40 páginas, el G7 emitió un primer comunicado sobre China en el que expresan su preocupación por los derechos humanos, especialmente en Tíbet y Xinjiang, y por la situación en el mar de China meridional, en el que acusan indirectamente al Gobierno de coerción en su relación con Taiwán. Asimismo, exhortan a Pekín a presionar a Rusia para que cese su agresión a Ucrania. Palabras para las tribunas pues los fabricantes de armas, grandes lobistas del poder político, no están interesados en frenar esta guerra ni ninguna otra.

El Gobierno chino dijo inmediatamente que el G7 pregona por un mundo pacífico, estable y próspero, pero en realidad, obstaculiza la paz mundial, perjudica la estabilidad regional e inhibe el desarrollo de otros países. El G7 instiga a una política de bloques, de confrontación y división que revela la hipócrita naturaleza del grupo, añadieron.

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Recordaron que China es el motor número uno de la economía mundial, ya que contribuye más al crecimiento económico que todos los países del G7 juntos, y es uno de los principales socios comerciales de más de 140 países y es el segundo país que más apoya a la ONU. “Si China es una amenaza, ¿qué son algunos miembros del G7 que libran guerras contra Estados soberanos, derrocan Gobiernos extranjeros legítimos, se retiran de tratados multilaterales y obligan a otros países a romper cadenas de suministro?”. Así se expresó la portavoz de la cancillería, Hua Chunying, quien afirmó que 201 de los 248 conflictos armados que estallaron entre 1945 y 2001 fueron iniciados por Estados Unidos.

La Cumbre del G7 contó con la presencia del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, quien recibió el respaldo unánime de los jefes de Estado y la promesa de entrega de más aviones militares de origen estadounidense en manos de otras potencias europeas para apoyarla. También participaron los presidentes de India y Brasil, que mantienen una posición neutral en el conflicto, a pesar del llamado a sumarse a las sanciones económicas a Rusia.

Brasil e India no han dado muestras de obediencia debida. Ambos son parte del otro bloque de poder mundial, el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que viene recibiendo solicitudes de adhesión de parte de Argentina, Arabia Saudita, Turquía, Irán, entre otros. Su cumbre presidencial será en agosto y proyectan crear una moneda común para facilitar el intercambio comercial, otro factor que contribuirá al proceso de desdolarización de la economía mundial, en curso. Estados Unidos es el país más endeudado del mundo y eleva recurrentemente los límites de endeudamiento para incrementar el gasto público, cuyo rubro más importante es el de la defensa.

Mientras tanto, en Lisboa, tenía lugar la reunión anual del Grupo Bilderberg, fundado en 1954 por David Rockefeller para “fomentar el diálogo entre Europa y América del Norte” con la participación de sectores militares, de inteligencia (la CIA y el M16 británico), el secretario general de la OTAN y corporaciones. Actualmente participan Google/Alphabet, Pfizer, Deepmind, Deutsche Bank, Goldman Sachs International, British Petroleum, Total Energies, líderes políticos, académicos y grupos de medios (The Economist, Bloomberg), entre otras.

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Es decir, el Grupo Bilderberg une al poder corporativo y al político con los planteamientos estratégicos de las áreas de inteligencia y la militar que trazan planes estratégicos que inciden ineludiblemente en la vida del planeta, sin que nos demos cuenta y sin haberlos elegido.