El proyecto para que la presidenta pueda viajar al exterior sin tener vicepresidentes que la reemplacen según la constitución sería necesario considerando la hostilidad injustificada de algunos presidentes, pero implicaría un atajo inaceptable a la Constitución.
La campaña de ese par de entusiastas de la corrupción y de violar la constitución cuando el ratero o el golpista es de izquierda, como Gustavo Petro y Manuel López, merece una respuesta de alto nivel en los foros internacionales.
Si se tiene en cuenta su desempeño previo en Davos, la presidenta Dina Boluarte no sería, precisamente, la mejor vocera para eso. Pero es lo que hay: es la presidenta constitucional y, bien asesorada, sin duda podría hacerlo bien.
La propuesta del gobierno es incorporar un artículo 8-A a la ley orgánica del Poder Ejecutivo para “desarrollar el encargo y gestión remota del despacho de la presidencia de la república”.
El avance de las comunicaciones en el mundo ha tenido un impacto evidente en el ámbito laboral, especialmente después de la pandemia, permitiendo que hoy se pueda trabajar de una manera remota sin mayor complicación.
Hoy en día, la oficina del practicante o del CEO cabe en una laptop desde la que se puede tener contacto permanente y fluido con todo el equipo. Un presidente de la República tiene particularidades distintas, pero en lo esencial, alejarse de su oficina en palacio para ir a Chancay o a Shanghái no le impediría cumplir sus funciones.
PUEDES VER: Dina Boluarte saluda designación y juramentación de Josué Gutiérrez como nuevo defensor del Pueblo
El único problema, que no es poca cosa, es que el artículo 115 de la Constitución parece impedirlo: “Cuando el presidente de la República sale del territorio nacional, el primer vicepresidente se encarga del despacho. En su defecto, lo hace el segundo vicepresidente”.
Salvo que por despacho no se entienda la oficina oficial sino la capacidad de mandar desde donde esté el presidente. Pero eso no parece decir la constitución. Por ello, en vez de atajos, mejor es una reforma constitucional que acomode el ejercicio de la presidencia al avance de las comunicaciones, que hoy permiten estar donde uno quiera al margen de donde se esté físicamente.
Y sobre ese par de bocones de AMLO y Petro, mejor ya no hacerles mucho caso. Bastante tienen con los incendios en sus despachos.