Por: Melina Galdos
Ocho años atrás, se inició uno de los esfuerzos más comprehensivos y ambiciosos en relación con el cambio climático. La semana pasada, con la última entrega del Sexto Informe de Evaluación (IE6) del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), se cierra un periodo de investigación que involucró a 782 académicos en áreas como la ciencia física, mitigación, e impactos, adaptación y vulnerabilidad ante el cambio climático.
El mensaje transversal a las casi 8.000 páginas de este reporte es inequívoco: existen riesgos cada vez más peligrosos e irreversibles, pero tenemos opciones (inmediatas y hasta rentables) para hacerle frente a la crisis climática.
El reporte narra que las políticas públicas en esta materia consideran acciones de mitigación en más de un centenar de países, pero la falta de financiamiento hace que estas tengan un alcance moderado y concentrado en el corto plazo.
PUEDES VER: ¿Cuáles son los 5 países más contaminados de América Latina?: Perú encabeza lamentable ranking
Más apoyo financiero a este tipo de iniciativas no solo permitirá lidiar con los efectos del cambio climático, sino que también permitirá la construcción de resiliencia y la multiplicación de beneficios alineados con la agenda del desarrollo sostenible.
Sin embargo, las medidas de mitigación y adaptación lideradas por Gobiernos y coaliciones no son suficientes. Existen otras acciones que pueden ser llevadas a cabo por ciudadanos y que son igualmente necesarias.
El informe sugiere incrementar el uso de transporte público, las bicicletas y el caminar como medios de movilidad, reducir el desperdicio de alimentos y mejorar prácticas agrícolas, comer más verduras y reducir el consumo de carne, e invertir en energía limpia y eficiente, por ejemplo, instalando paneles solares. Dada la envergadura de este desafío, requerimos de cambios sistémicos.
Es decir, transformaciones en la política, la infraestructura y la tecnología, pero también en nuestras expectativas, creencias y comportamientos como usuarios y consumidores, pues adaptación y mitigación hoy nos compete a todos.