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Opinión

Así no vamos a votar, pero sí a botar

Congresistas no se quieren ir, pero fomentan tirria popular.

larepublica.pe
Congresistas no se quieren ir, pero fomentan tirria popular.

Los congresistas de ocasión son tan mediocres —y corruptos— que, sintiéndose ganadores de su faenón para durar hasta el 2026, van mellando su sueño.

Abunda evidencia de que son unos asaltantes presupuestales sin medida ni clemencia que, al ser ampayados, ni reconocen el problema, sino que fingen demencia para salvar responsabilidad.

Revelados los iPhone 14 que les acaban de dar en el congreso, y que ni saben usar, Rosselli Amuruz dice: “No los pedimos, nos ofrecen para nuestra gestión, ¿qué culpa tenemos nosotros?”.

Ampayados con el upgrade desmesurado del menú en la cafetería del congreso, de 16 a 80 soles para almuerzos y cenas, Patricia Chirinos responde que “el que quiera comer que coma, todos los peruanos tenemos derecho a comer rico”, y Jorge Montoya les dice a los periodistas que le preguntan por el tema: “Seguro ustedes consumen comida de tercera, uno debe comer lo mejor de lo mejor, ¿o quieren que coma alfalfa?

Descubiertos en el happy new year con pasajes pagados por el congreso, su expresidenta Maricarmen Alva —a quien le hicieron como balance de gestión un álbum fotográfico a todo couché sin mucha letra— dice, sin sonrojarse, que “los congresistas tienen 48 pasajes al año para ir donde quieran, sin explicaciones, es parte del sueldo”.

La democracia cuesta y debe ser financiada, sin duda, pero esta orgía perpetua del descaro ya es desmadre.

Hay que agradecerles, sin embargo, su generosidad para acelerar su ceremonia del adiós al evidenciar su inquebrantable adicción al chupón presupuestal, y demostrarnos a todos que son —con muy pocas excepciones— una banda de aprovechados que explotan al erario y desafían al sentido común.

Quizá sea porque el hemiciclo no tiene ventanas para la calle, o porque su mediocridad les impide leer la realidad, incluyendo encuestas que los desprecian y quieren que se vayan, ya, este año, pero sintiéndose ganadores porque, pese a las protestas, impidieron el adelanto electoral para este año, no se dan cuenta de que, eludiendo que los peruanos votemos mientras raspan el concolón de la olla, incentivan a los ciudadanos a que los botemos.
Enrique Wong dice que “este es el congreso que más ha trabajado”… para botarlos cuanto antes debe agregar.