1. En seis años, el Perú ha tenido seis gobiernos, todo un récord en América Latina. Dos de ellos fueron elegidos por el pueblo y cuatro han sido elegidos por el Congreso tratando de mantener discutibles formalidades constitucionales.
2. ¿Son golpes de Estado parlamentarios la destitución y la elección de presidentes? Sí, porque sustituyen la voluntad del pueblo por la Constitución, rompen el equilibrio de poderes y transforman el presidencialismo en hiperparlamentarismo. La Constitución limita la democracia de la regla de mayoría, pero no la sustituye.
3. ¿Estos golpes congresales mantienen la democracia? Sí y no. Sí, en la medida que mantienen ciertas libertades. No, en la medida que todos ellos desconocen la voluntad del pueblo y entregan el gobierno a los que perdieron las elecciones. KF desconoció el triunfo de PPK, buscó desbarrancarlo para gobernar desde el Congreso. Lo mismo sucedió con Castillo. KF y la ultraderecha inventaron un fraude electoral inexistente y, al fracasar, buscaron vacarlo desde su primer día de gobierno. Los golpes parlamentarios ponen en cuestión incluso a la democracia electoral.
4. El último golpe congresal ha dado origen a un gobierno autoritario en el que Dina Boluarte es una presidente títere de la ultraderecha y de los poderes fácticos (FFAA, medios oligopólicos y grandes empresarios). Con 30 muertos en sus espaldas, no es un gobierno legítimo que pueda durar.
5. Con el gobierno autoritario han vuelto los tiburones: Con Punche Perú, rebaja de impuestos a grandes empresas, grandes negociados entre ministerios y empresas privadas. El gobierno debe informar cuántos millones en publicidad estatal ha entregado a los oligopolios mediáticos. La corrupción de los tiburones es técnica y no produce escándalos.
6. La situación de golpe permanente genera una inestabilidad política permanente e ingobernabilidad con graves incidencias en el desarrollo económico y social.
7. ¿Quién es el responsable del clima de golpe permanente, de inestabilidad política e ingobernabilidad? Sin duda, el Congreso que es el núcleo purulento del sistema político-institucional del Perú.
8. Todo el sistema político-institucional está podrido: 1. El sistema político (a. el sistema electoral, b. el sistema de “partidos”, c. la forma de gobierno —presidencialismo parlamentarizado—); 2. El régimen político asimétrico que pone al Estado subsidiario al servicio de los ricos en desmedro de la sociedad y los ciudadanos; 3. Los poderes del Estado están podridos, sobre todo el Congreso y Poder Judicial, el TC y la JNJ; las islas de modernidad vinculadas al capital funcionan bien, pero el resto del aparato estatal que tiene que ver con los ciudadanos es un desastre.
9. Existe un divorcio entre el sistema político-institucional y la sociedad. Esta carece de representación política. Es de esperar que el vasto proceso de democratización social y política que se ha iniciado culmine en un nuevo sistema de partidos. Estos surgen en los períodos de turbulencia.
10. Los grandes clivajes y contradicciones que ha producido el neoliberalismo en estos 30 años han estallado y ya no pueden mantenerse. Todo tiene su final.