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Opinión

Otros municipios

“… diga lo que diga Abraham Valdelomar, el Perú no es ni remotamente Lima. A los vecinos de la capital nos cuesta pensar que entre las principales ciudades y nosotros existe un canje de indiferencias electorales”.

larepublica.pe
“… diga lo que diga Abraham Valdelomar, el Perú no es ni remotamente Lima. A los vecinos de la capital nos cuesta pensar que entre las principales ciudades y nosotros existe un canje de indiferencias electorales”.

Lima es 30% de la población del país y su principal centro económico. Es comprensible, entonces, que los limeños vivamos estas elecciones como si fueran cabalmente nacionales. Además, los principales protagonistas de esta elección han sido personajes prominentes en las pasadas elecciones generales.

Sin embargo, diga lo que diga Abraham Valdelomar, el Perú no es ni remotamente Lima. A los vecinos de la capital nos cuesta pensar que entre las principales ciudades y nosotros existe un canje de indiferencias electorales. Las gestiones de los municipios no se interafectan unas a otras. La mutua influencia necesariamente pasa por lo nacional.

Hay ciudades más importantes que otras, no solo por el volumen de población. También por la manera en que se vinculan con la economía del país. Las ciudades que son ejes del turismo (Cusco, las dos capitales del norte) tienen importancias que superan largamente su volumen. Los turistas llegan a conocer lo que ellas cuidan y promueven.

Un poco en la línea del párrafo anterior, caseríos diminutos contiguos a gigantescos proyectos económicos (minas, infraestructura, agroexportación) pueden afectar desmedidamente el curso del país. En tal medida la marcha y los resultados de sus elecciones municipales deberían interesar a todo el país.

Luego hay municipios que, dentro y fuera de la economía, envían poderosos mensajes sociales al resto del Perú. Son ciudades notorias por su alta inseguridad ciudadana (las dos capitales del norte), su historia de autoridades cutra, o por su proximidad a actividades ilegales. Es lo que pasa con Puerto Maldonado y la minería piadosamente llamada artesanal.

A medida que se alarga la lista, tienta decir que todo núcleo urbano, no importa cuán pequeño, influye a su modo en la totalidad del país. Algo así como que no hay pueblos olvidados o que se dejen olvidar. Pero por desgracia no es así. En lo municipal cada circunscripción tiene que bailar con su propio pañuelo.

Pero hay, reiteramos, vecindarios que les deben interesar a todos. Además de las ciudades y localidades aludidas más afuera, están las capitales de frontera, los enormes distritos particularmente pobres (“los cerros”), los lugares natales de las familias migrantes. Al final, los limeños no nos podemos quedar varados en Lima, pues siempre tendremos más de un alcalde.