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Opinión

Economía cripto

“En estricto, cualquiera puede crear su moneda (ya está pasando en Venezuela, Argentina y El Salvador)”.

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vizcarra

Detrás de la irrupción de las denominadas criptomonedas está la lógica de romper con la intermediación en nuestras transacciones económicas. Es decir, volverlas más abiertas, descentralizadas y accesibles. Además, las criptomonedas pueden tener un impacto fulminante para las democracias representativas, tal como hoy las conocemos.

Considerando que los niveles de bancarización en América Latina son muy bajos, puede que acceder a los servicios financieros sea muy costoso, debido a toda la burocracia que está en los bancos.

Además, esa burocracia, dado su carácter de intermediadora, puede ser altamente susceptible a la corrupción, e impedir que los servicios financieros lleguen a los más necesitados. Entonces, productos digitales como las criptomonedas pueden democratizar la banca, y la inclusión financiera, gracias a que tienen detrás unas tecnologías que desconcentran la producción de dinero.

Como indicaba recientemente Ragi Burhum, las criptomonedas han ido acompañadas de Tecnologías de Registros Distribuidos o Distributed Ledger Technology (DLT), siendo la más conocida la tecnología blockchain, que permite un mecanismo descentralizado para comprobar la legítima propiedad de las monedas y transferir su propiedad. Es decir, ya no hace falta que una única entidad produzca monedas. En estricto, cualquiera puede crear su moneda (ya está pasando en Venezuela, Argentina y El Salvador).

En el último CADE Ejecutivo, Julio Velarde informó que el BCR ya está trabajando en la creación de su propia criptomoneda. ¿Qué utilidad tiene este tipo de instrumento en un país con pocos servicios financieros como el Perú? ¿Por qué los bancos centrales pasarían de un sistema de poder concentrado a otro menos eficiente? La premisa implícita es que las DLT están en sus inicios y que, en un futuro próximo, veremos mejoras sustanciales en lo que respecta a su eficiencia, resolviendo el problema de la escalabilidad, abriendo nuevos servicios y más inclusión financieros. Una nueva era está por llegar, la de las economías digitales basadas en los propios ciudadanos, en la gente simple.