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Opinión

La próxima geopolítica

“Mucho de la próxima geopolítica sucederá sin que podamos participar en ello. Pero siempre podremos tener una idea más clara acerca del rumbo que deben tomar nuestros intereses”.

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En el pasado programa 3D discutimos sobre si es posible hoy una política exterior. Aquí retomo el tema desde una faceta adicional: ¿En qué mundo se va a desarrollar ella? Es la típica pregunta prematura, pero a la vez urgente de empezar a responder. Sin duda Torre Tagle ya ha empezado a hacérsela con preocupación.

La revista Foreign Affairs se acaba de referir a “La próxima anarquía post-COVID” en el mundo. Imaginamos que allí la única semblanza de orden será un conflicto entre dos potencias, que fácilmente derivará en una nueva Guerra Fría, esta vez no ideológica, sino una simple carrera por la acumulación de poder.

En cierto modo podríamos ver al mismo tiempo una vuelta al siglo XIX, con países de diverso tamaño disputándose cuotas de poder, sin más guía que la ambición y la oportunidad. En estas situaciones la norma suele ser los países más chicos alineándose con alguno de los más grandes, en bloques de cautela y conveniencia.

El mes pasado el brasileño José Luis Fiori calculó que la Unión Europea acelerará su proceso de desintegración, que el conflicto China-EEUU alcanzará niveles exponenciales, y no descarta que veamos “la primera guerra en Sudamérica en que participarán las grandes potencias militares, […] la primera gran tragedia sudamericana del siglo XXI”.

En este tipo de panorama será difícil para el Perú jugar libremente todas las cartas internacionales, tal como se ha hecho en un mundo de libre comercio y de una relativa multipolaridad. Sería un mundo de alineamientos a todo nivel. Por ejemplo, sin libre comercio regresará la necesidad de las integraciones de todo tamaño entre países.

Integraciones económicas, pero también políticas, pero que siempre serán, como en el pasado, nichos. Por ejemplo, parte del peor legado del siglo XIX es el manejo de América Latina como el patio trasero de Washington. Difícil concebir una economía como la nuestra sin un acceso pleno al intercambio comercial con China.

Mucho de la próxima geopolítica sucederá sin que podamos participar en ello. Pero siempre podremos tener una idea más clara acerca del rumbo que deben tomar nuestros intereses. Dejarnos arrinconar en un bloque no parece lo más conveniente. Salir al mundo como un país aislado tampoco. Nunca es temprano para tomar en cuenta este tipo de encrucijada.