La celebración del Día de la Tierra (22 de abril) es importante para concientizar sobre la importancia de cuidar y preservar nuestro planeta, así como para saber enfrentar el impacto del cambio climático en los ecosistemas, la biodiversidad y la temperatura global.
La chatarra electrónica, también conocida como residuos eléctricos y electrónicos o e-waste, incluye una amplia gama de productos como teléfonos móviles, computadoras, tablets, televisores, electrodomésticos, entre otros, que pueden contener materiales peligrosos como plomo, mercurio, cadmio y otros metales pesados. Asimismo, estos dispositivos también cuentan con sustancias químicas nocivas que pueden tener graves impactos ambientales y para la salud humana.
“Estos componentes pueden generar grandes daños, como la polución de las aguas, la acidificación del suelo, la emisión de humo y gases tóxicos, el crecimiento de pilas de desechos municipales y liberación de sustancias carcinógenas en el aire”, enumera Alberto Alvarado, director de Diseño Académico en Ingenierías de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP).
En ese sentido, los consumidores y las empresas deben orientarse de la “Guía para la Gestión y el Manejo de Residuos y Aparatos Eléctricos y Electrónicos” del Ministerio del Ambiente (MINAM) para la correcta disposición de estos dispositivos. En Perú, la generación de basura tecnológica superó las 217 mil toneladas métricas en 2021, de acuerdo con Statista, posicionándolo como uno de los mayores generadores de residuos electrónicos en América Latina y el Caribe.
Por ello, el experto enfatiza la necesidad de concientizar a la población sobre la separación de residuos, incluyendo aquellos de este tipo, de manera similar a como se realiza con otros materiales como el vidrio, el papel o el cartón.
De otro lado, el proceso de reciclaje de basura tecnológica que realizan las empresas es distinto. Estas deben tener una adecuada gestión de los RAEE (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos) y contratar los servicios de otra empresa que tenga permiso y certificación por el MINAM para el recojo, traslado y disposición final de este tipo de chatarra, según la Ley General de Residuos Sólidos (Ley No 27314).
1. Llenado seguro del suelo: la chatarra tecnológica se coloca en el suelo liso y unos pistones se encargan de aplastarla.
2. Incineración: el e-waste es incinerado dentro de una cámara a una temperatura entre 900 y 1000 grados Celsius.
3. Reciclaje: se puede aplicar a dispositivos como monitores, teclados, teléfonos, discos duros, entro otros. Los plásticos y metales son tratados por separado y preservados para su reutilización.
4. Recuperación del metal mediante ácido: los metales como cobre, aluminio, plata y oro son utilizados para la recuperación de otros metales utilizando concentrados.
5. Reutilización: algunos dispositivos electrónicos son reparados para su reutilización.
“Los materiales valorizables que contienen los aparatos eléctricos y electrónicos suponen un recurso que no debe ni puede perderse”, apunta Alberto Alvarado. “A través del reciclado puede recuperarse, con el fin de que esos recursos puedan ser conservados para futuras generaciones, siendo un claro ejemplo de aplicación de la economía circular”, concluye.
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