Copenhague. EFE
El Nobel de Química ha distinguido al francés Moungi Bawendi, el estadounidense Louis Brus y el ruso Alexei Ekimov por el hallazgo y desarrollo de los puntos cuánticos, que han revolucionado la nanotecnología y que tienen múltiples aplicaciones en electrónica, medicina y química.
Esas partículas tan pequeñas, “que su tamaño determina sus propiedades”, iluminan pantallas de ordenadores y televisores, así como lámparas LED, y son usadas para provocar reacciones químicas o para extirpar tumores.
Ekimov y Brus crearon de forma independiente puntos cuánticos y Bawendi transformó los métodos para producirlos mejorando su calidad, lo que permitió su uso en nanotecnología.
Durante décadas, los científicos especularon con que las nanopartículas podían tener características inusuales y, a través de herramientas matemáticas, predijeron numerosos efectos cuánticos dependientes del tamaño, pero carecían de la tecnología necesaria para probarlo en la práctica.
A finales de la década de 1970, Ekimov, que entonces trabajaba en un instituto óptico estatal en la Unión Soviética, se empezó a interesar en cómo una misma substancia podía producir vidrios de distintos colores y usó semiconductores para examinar esos vidrios.
Decidió elaborar cristales coloreados con cloruro de cobre, calentó el vidrio fundido y, una vez enfriado y endurecido, lo pasó por rayos X, descubriendo que la absorción de luz se veía afectada por el tamaño de las partículas: por primera vez, alguien había producido de forma deliberada puntos cuánticos. Ekimov publicó su descubrimiento en una revista científica soviética, de difícil acceso fuera de la URSS, en 1981.
Dos años más tarde, Brus se convirtió en el primer investigador en descubrir efectos cuánticos dependientes del tamaño en partículas flotando de forma libre en un fluido.
Por su parte, Bawendi, entonces un estudiante de posdoctorado, se incorporó en 1988 al laboratorio de Brus, donde trabajó en el desarrollo de métodos para mejorar la producción de puntos cuánticos, tarea que continuó luego en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE. UU.).
Y en 1993 se produjo el avance definitivo: inyectando las substancias que luego formarían nanocristales en un disolvente calentado, saturó la solución, lo que hizo que se empezaran a formar de modo simultáneo diminutos embriones de cristal y, variando la temperatura, crearon cristales de distinto tamaño.
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Nacido en 1945, en la antigua URSS, Ekimov se doctoró en 1974 en el Instituto Físico-Técnico Ioffe de Leningrado (hoy San Petersburgo). Fue premiado en la URSS y emigró en 1999 a EE. UU.
Louis Brus (Cleveland, EE. UU., 1943) se doctoró por la Universidad de Columbia en 1969, de la que es profesor emérito.
Moungi G. Bawendi (París, 1961) se doctoró en 1988 por la Universidad de Chicago y en la actualidad enseña en el Instituto de Tecnología de Massachusetts.
El premio. Los tres compartirán los 11 millones de coronas suecas (casi un millón de euros) con que están dotados este año todos los Nobel y suceden en el palmarés del premio a los estadounidenses Barry Sharpless y Carolyn Bertozzi y al danés Morten Meldal.