Al menos 289 niños —con una media de once a la semana— han muerto o desaparecido este año cruzando el mar Mediterráneo central cuando trataban de llegar desde África hasta las costas italianas, según estimaciones hechas y publicadas hoy, 14 de julio, por Unicef.
La agencia de Naciones Unidas para la infancia calcula que, desde 2018, unos 1.500 menores han fallecido o desaparecido en esta ruta migratoria, lo que representaría alrededor de una de cada cinco personas no halladas en esa vía para llegar a Europa.
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Unicef subraya que muchos naufragios quedan sin documentar, por lo que las cifras son probablemente mucho más altas. En un comunicado, la agencia estima que 11.600 niños —con una media de 428 a la semana— han llegado desde África a costas italianas en lo que va de año, es decir, el doble que en el mismo periodo de 2022.
La mayor parte cruzan desde Libia y Túnez, en muchos casos tras haber completado antes peligrosos trayectos desde otros países africanos o de Oriente Medio.
Según datos de los primeros tres meses de 2023, más del 70% de los menores que llegaron a Europa por esta ruta lo hicieron sin compañía o separados de sus padres o guardianes legales. Esta situación les expone a un mayor riesgo de violencia, explotación y abusos, señala Unicef.
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“Esta es una clara señal de que hay que hacer más para crear vías seguras y legales a fin de que los niños accedan a asilo y también para reforzar los esfuerzos y salvar vidas en el mar”, señala en la nota la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.
En ese sentido, Unicef pide a los gobiernos, entre otras cosas, más protección para los menores, más coordinación en las operaciones de rescate y más trabajo en los países de origen, con el objetivo de reducir el número de personas que huyen de sus hogares.