Durante el último sismo, muchos limeños se alertaron, pues el movimiento sísmico no solo fue percibido por las personas, sino que varias mascotas de la capital empezaron a ladrar e inquietarse minutos antes de que el evento ocurriera. Este comportamiento ha ocasionado que surja un mito que afirma que los perros son capaces de presentir cuando algún desastre se avecina. ¿Será cierto?
Cabe resaltar que los canes son conocidos por su capacidad para ayudar a encontrar personas desaparecidas cuando algún fenómeno natural pasa, pero no solo tienen la facultad para ello. En varios países asiáticos ya comenzaron a utilizar perros para ayudar a prevenir los temblores.
El comportamiento de los perros ante la inminencia de un sismo es un claro indicio de su capacidad predictiva. Expertos afirman que cuando los canes comienzan a ladrar, inquietarse y correr de un lado a otro están respondiendo al ruido que los perturba, brindando así una advertencia anticipada de un evento sísmico que está a punto de ocurrir.
La doctora Tania Ramírez, médico veterinaria, explicó a la agencia Andina que los perros poseen oídos agudos que les permiten detectar no solo las vibraciones de los sismos, sino también otros sonidos de alta intensidad, como los fuegos artificiales en las fiestas de fin de año. Mientras algunos canes se ponen nerviosos y buscan llamar la atención, otros mantienen una personalidad más serena y no muestran preocupación ante estas situaciones.
Además de los perros, otros animales también poseen cierta capacidad para percibir los sismos, como los gatos y las aves. Sin embargo, a diferencia de los canes, estos suelen mostrar indiferencia ante los movimientos telúricos. La gran sensibilidad de los perros a los cambios en el entorno les permite no solo detectar los terremotos, sino también captar las emociones de sus dueños. Reconocen cuando se encuentran enojados, tristes o felices.
"Los perros tienen los sentidos de la audición y el olfato mucho más desarrollados que los humanos. Perciben aspectos del mundo real que nosotros desconocemos", manifestó el médico veterinario Robert Eckstein.