Retroceso para los derechos sexuales y reproductivos. El Gobierno de Brasil se opuso a incluir la expresión “salud sexual y reproductiva” en un texto propuesto por países africanos ante las Naciones Unidas (ONU) para prohibir la mutilación genital femenina.
No es la primera vez que pasa. Los antiderechos del régimen de Jair Bolsonaro ya se aliaron antes con países ultraconservadores, como Arabia Saudí, para vetar la inclusión del término “educación sexual” en una resolución de la ONU contra la discriminación de mujeres y niñas.
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En este caso, sucedió que la delegación brasileña se alió con los países islámicos y vetó la expresión “salud sexual y reproductiva” del texto entregado por los países africanos por miedo a que en el futuro se use para “justificar la interrupción del embarazo”, es decir, el aborto, según el diario El País.
Aunque el Gobierno de Brasil afirmó que defiende la lucha contra la mutilación genital femenina, la cual se aplica a alrededor de tres millones de niñas al año, el Ministerio de Relaciones Exteriores pidió que se excluya “cualquier referencia al acceso de las mujeres a la salud sexual y reproductiva”.
mutilación genital femenia
Los autores negaron que la propuesta tenga relación con el aborto. Señalaron que este término, que permite el acceso a dichos derechos, puede significar la diferencia entre la vida y la muerte de estas mujeres para el caso de la mutilación.
Asimismo, la misma cartera del país latinoamericano ha cuestionado términos como “género” e “identidad”, y no encuentran un consenso sobre el acceso a la salud sexual y reproductiva de las mujeres.
La OMS señala que, para muchos de los países donde se aplica este procedimiento, este busca “garantizar la virginidad prematrimonial y la fidelidad matrimonial” de las mujeres. “En muchas comunidades se cree que la mutilación reduce la libido de una mujer y, por lo tanto, ayuda a resistir los actos sexuales extramatrimoniales”.
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La ONU define la mutilación genital femenina como “una práctica que implica la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos”, tales como los labios vaginales y el clítoris. Esta práctica es reconocida como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad de las mujeres y las niñas.
Una de cada cuatro mutilaciones es realizada en centros sanitarios. Estas pueden causar complicaciones de salud a corto y largo plazo, incluido dolor crónico, infecciones, sangrados, mayor riesgo de transmisión del VIH, ansiedad y depresión, complicaciones durante el parto, infecundidad y, en el peor de los casos, la muerte.
Esta práctica se concentra en alrededor de 30 países de África, Oriente Medio, Asia y algunas pequeñas comunidades de Latinoamérica.