Cada vez que el expresidente y candidato republicano Donald Trump pronuncia un nuevo discurso, los partidarios de la política estadounidense responden de manera diferente. La crítica, ya sea por su agresiva retorica en contra de los inmigrantes en los Estados Unidos o por los elogios hacia su oponente demócrata Kamala Harris, no preocupa al magnate.
Y así ha quedado demostrado el pasado sábado 21 de septiembre, durante un mitin que ofreció Trump en el Aero Center Wilmington, Carolina del Norte. En él, el candidato dijo que si es elegido nuevamente como presidente de Estados Unidos, impulsará una legislación para prohibir las ciudades santuario.
"Hoy estoy anunciando un nuevo plan para acabar con todas las ciudades santuario en Carolina del Norte y en todo nuestro país. No más ciudades santuario", anunció Donald Trump en medio de aplausos de sus seguidores.
Las ciudades santuario argumentan que al crear un ambiente seguro para los inmigrantes, fortalecen sus comunidades y fomentan la denuncia de crímenes. Foto: Conexión migrante
Donald Trump anunció que de ganar las elecciones de noviembre aplicará inmediatamente la "ley federal en cada ciudad que esté fallando, que son muchas, para entregar a los extranjeros criminales y cazaremos, capturaremos a cada miembro de pandillas, traficante de drogas, violador, asesino y criminal inmigrante que esté siendo albergado ilegalmente”.
En ese sentido, anunció que pedirá al congreso que "apruebe una ley que prohíba las ciudades santuario en todo el país y aplicaremos todo el peso del Gobierno federal en cualquier jurisdicción que se niegue a cooperar con ICE ( Servicio de Control de Inmigración y Aduanas ) y la patrulla fronteriza"
Una ciudad santuario se caracteriza por implementar políticas destinadas a restringir la cooperación con las autoridades federales en materia de inmigración, con el fin de salvaguardar a los migrantes de posibles acciones de deportación o detención por parte de las autoridades.
En términos generales, esto significa que en ciertas ciudades, al interactuar con la policía o los trabajadores locales, a las personas que residen en ellas no se les cuestiona acerca de su estatus migratorio. Además, hay ciudades que, aunque no se autodenominan como santuarios, brindan diversas formas de protección a los migrantes en situación irregular.
En Estados Unidos, ciudades como San Francisco, Nueva York, Los Ángeles, Chicago y Seattle destacan como algunas de las ciudades santuario más prominentes y reconocidas. Además, existen estados enteros que se consideran santuario. En el país, se contabilizan más de 180 ciudades que siguen esta política de protección a los inmigrantes.