Durante la pandemia que nos ha traído la COVID-19, muchos emprendedores han tenido que reinventarse, adaptarse a las necesidades del mercado para no perder sus empresas y esfuerzos, que a veces ha sido de décadas.
Esta es la historia de Rosario Cabrera, en Arequipa, quien tras 30 años dedicada a la confección de cortinas, con la llegada del coronavirus a la región se tuvo que adaptar para no perderlo todo.
“Llevo confeccionando cortinas hace 31 años, gracias a las capacitaciones de Cerro Verde logré crecer mi negocio. Pero ahora, desde hace dos meses con la llegada de la cuarentena, tuve que cerrarlo”, recuerda la emprendedora arequipeña.
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Sin embargo, como miles de peruanos, doña Rosario no se amilanó al reto y se adaptó a la nueva situación sanitaria del país, ofreciendo un nuevo servicio que le permitió reinventarse y continuar con su empresa.
“Nos reinventamos y conseguimos ahora con el negocio de lavandería para los uniformes de Cerro Verde, tanto de planta y como de mina. Nuestra empresa sigue funcionando”, revela con entusiasmo la empresaria.
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Hace poco, Rosario ha vuelto a fabricar cortinas, aunque el flujo de clientes no sea como antes. “Ahora envió mis catálogos por Whatsapp y recibo pedidos”, reveló. Confiesa que extraña la libertad que tenía de visitar a sus clientes, tomar personalmente las medidas, hacer sugerencias de materiales y colores. “Se extraña lo que podíamos hacer antes, pero si hay salud y trabajo todo es posible”, nos deja como mensaje doña Rosario
Como ella, miles de arequipeños no bajan los brazos y juntos buscan como superar la adversidad “Es hora de tomar consciencia, los arequipeños unidos si podemos vencer esta pandemia”, deja como pensamiento final la emprendedora sureña.
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