La candidata presidencial de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, realizó ayer su último recorrido político por cuatro localidades del norte del Perú, en donde prometió vacunar a todos los peruanos “este año y sin colas”.
En tanto, estaba a la espera de una confirmación de las autoridades para llevar a cabo su mitin de cierre de campaña, previsto para hoy, en la plaza San Martín, en Lima.
Por la mañana de este miércoles, mediante su sistema multiplataforma y sus vocerías, el partido Fuerza Popular difundió que su última concentración ciudadana de campaña se llevaría a cabo, a las 3 de la tarde, en la plaza San Martín.
En la ciudad de Chiclayo, consultada por un grupo de periodistas acerca de que la hora y el lugar de su concentración final coincidían con lo anunciado por los allegados de Perú Libre, partido contendiente, Keiko Fujimori dijo que esperaban resolver el impase; sin embargo, en la noche lamentó que las autoridades del Ministerio del Interior y de la Municipalidad de Lima no hayan permitido concentraciones masivas en el centro de la ciudad.
Fujimori agregó que el cierre de campaña sería programado por Fuerza Popular ya no en la plaza San Martín, sino en el distrito de Villa El Salvador.
La candidata, luego de sus mítines relámpagos en Lambayeque y Chiclayo, se trasladó a las ciudades de Piura y Sullana, mientras decenas de sus simpatizantes continuaban con sus estrategias proselitistas en diversos distritos de la ciudad capital y el interior del país.
A Lambayeque llegó escoltada por jóvenes que vestían camisetas con la franja roja, similares a las de la selección peruana de fútbol que hoy se enfrenta a Colombia, a las 9 de la noche, en el Estadio Nacional, en Lima, en el marco de las eliminatorias Qatar 2022. Los jóvenes simpatizantes fujimoristas corrían a los costados de la camioneta que llevaba a su lideresa, ondeando banderas de bicolores patrios y otras naranja, coreando lemas partidarios.
En Chiclayo, durante su discurso, Keiko Fujimori ofreció una “vacunación sin colas, de manera eficiente”, además reafirmó “que todos los peruanos seríamos vacunados este año”. A su vez, insistió en la ejecución de un plan para la rápida reactivación económica. “También en simultáneo con el programa integral de salud se debe reactivar nuestra economía”, enfatizó la candidata presidencial.
keiko fujimori richard acuña foto: clinton medina
En el distrito de Leonardo Ortiz, refiriéndose a aquellas críticas por parte de la oposición en cuanto a su promesa del “bono de oxígeno” acerca de dónde provendrían los fondos para ese fin, Keiko Fujimori solo dijo que “vamos a entregar un bono de diez mil soles a cada familia que haya perdido un familiar querido, y ese monto no lo tendrán que devolver”.
Para coadyuvar al sector economía de nuestro país, Fujimori explicó que se apoyará en la fuerza de los emprendedores, los cuales ayudarán a generar cerca de tres millones de puestos de trabajo para los jóvenes, “para mejorar la calidad de las personas”.
En esta ciudad norteña también estuvo acompañada por “independientes, iglesias” y militantes de otras tiendas políticas como Alianza por el Progreso.
Durante su encuentro con la multitud de simpatizantes, Keiko Fujimori invitó a Richard Acuña, dirigente de Alianza por el Progreso, al estrado, para que se dirija a la concurrencia. “Estoy aquí para exigir, para explicar que no queremos un país comunista”, fueron las palabras iniciales de Acuña, quien en su breve discurso reafirmó su lealtad a la candidata presidencial.
La lideresa de Fuerza Popular aprovechó la convocatoria de decenas de ciudadanos para criticar la “cuarentena tan larga, de tantos meses y para qué, porque en esos meses lo que debieron hacer es aumentar las camas UCI, modernizar los colegios, modernizar los hospitales, pero no, nada de eso se hizo, y encima, lo que es peor, nuestra economía se fue al tacho”, reclamó, con severidad, la candidata presidencial por el partido Fuerza Popular.
Daniel Parodi, historiador y docente PUCP y UARM
En comparación con la candidata de Fuerza Popular, la primera resistencia que genera Pedro Castillo en el electorado viene de sus oponentes, del “terruqueo” sistemático al que ha sido sometido por la mayoría de los medios. Difunden la idea de que un gobierno suyo haría del Perú una Venezuela chavista, una implacable dictadura con un desastre económico.
La segunda proviene del propio candidato y de su grupo político, y es la incertidumbre. Esta es más real. Poco se conocía de ambos antes de la segunda vuelta. Es evidente que Pedro Castillo no se había planteado ser presidente de la República y que carecía de un equipo técnico que lo acompañase en el empeño. Tras marchas y contramarchas recién en las últimas semanas ha podido presentarle al país propuestas más o menos coherentes, pero en muchos electores hay la idea de que el candidato del lápiz no sabrá qué hacer de resultar electo.
La tercera resistencia que genera Castillo es histórica y sociocultural. Nuestro país no ha alcanzado a ser nación y los ciudadanos no logramos vernos como iguales. Persiste aún en los imaginarios colectivos la división entre una parte del país que se percibe más occidental frente a otra más andina y amazónica, limeña versus provinciana. A muchos peruanos aún les resulta poco aceptable que un peruano proveniente del Perú rural pudiese ceñirse la banda presidencial.
En Lambayeque, la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, estuvo acompañada por el excongresista y militante de Alianza por el Pregreso (APP) Richard Acuña.
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