Según el último Índice Global del Hambre (IGH) presentado por Alliance2015, a nivel mundial el progreso contra el hambre se ha estancado y no supera el umbral de los 18,3 puntos (rango moderado). A inicios de siglo, el indicador estaba en 28,0 puntos (grave).
Tras la pandemia, el hambre se complicó también para el Perú. Si bien la tasa promedio es de 19,6 puntos —es decir, dentro de un escenario moderado—, en las simulaciones realizadas por el IGH de cara al 2023 estiman que pasaríamos al panorama grave (superior a los 20 puntos) ante la crisis que golpea al país: 20,2 puntos, para ser precisos.
"Fuimos bastante optimistas el año pasado. El conjunto de la inflación, crisis política y desaceleración económica ha llevado al país a un índice muy cerca del límite entre el moderado y grave. El panorama está bastante preocupante", comentó Kaspar Schmidt, director de Helvetas Perú.
Por área de residencia, lo más certero sería que los peruanos de la zona rural sufran por la gravedad del hambre; mientras que en las urbes seguiría siendo moderado (ver gráficos).
Al respecto, recomienda el estudio que se debe apostar por el talento juvenil, para lo cual es vital fortalecer servicios como la educación de calidad y garantizarle el acceso a tecnologías para desarrollar más habilidades.
También propone el IGH 2023 que los programas sociales y económicos impulsen la igualdad de género para acabar con las barreras en la educación y el empleo; y justamente sobre este último punto exhortan a garantizar salarios justos dentro de los sistemas alimentarios.
Susanna Daag, representante de Welthungerhilfe Liaison Office para Perú y Bolivia, concluye que los jóvenes no solo padecen por los fallos del sistema alimentario actual, sino que heredarán sus dificultades y los retos que conllevan.