En el primer día de Gobierno de Gustavo Petro, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, presentó al Congreso el proyecto de ley de reforma tributaria con la que el nuevo Gobierno aspira a recaudar 25 billones de pesos anuales (US$5.795 millones), que equivalen al 1,72% del producto interno bruto (PIB) en 2023, con el objetivo de reducir la deuda social.
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La iniciativa se basa en cinco puntos claves: una mayor recaudación de impuestos a personas naturales que ganan más de 10 millones de pesos mensuales (US$2.325), la lucha contra la elusión y la evasión al fisco, que pierde anualmente entre 50 y 80 billones de pesos, que equivalen a entre US$11.590 y US$18.570 millones. En tercer lugar, un impuesto a las exportaciones de petróleo, carbón y oro. La reforma incluye como cuarto elemento “el impuesto a las bebidas azucaradas y a los alimentos ultraprocesados. Por último, el quinto punto es de carácter ambiental, denominado “impuesto al carbono”.
Gustavo Petro
“[La reforma] grava a los que más tienen y gasta en la educación para todos y en acabar el hambre en la niñez pobre,” comentó en sus redes sociales el mandatario.
En Perú, el exministro de Economía Pedro Francke impulsó una propuesta con el mismo tenor que pretendía cobrar las grandes deudas; sin embargo, no fue aprobada por el Congreso.