El discurso de Dina Boluarte duró 3 horas 7 minutos para decir más de lo mismo: un largo y cansador recuento de cifras, y ofrecimiento de proyectos con miles de millones de soles que no sabemos si tendrá tiempo de cumplir. Desconcertante –o gracioso oírla criticar la “anterior gestión” (la de Pedro Castillo) considerando que fue vicepresidenta y ministra de ese gobierno hasta muy poco antes del golpe de Castillo. Casi al inicio de su alocución anunció que celebrará el Bicentenario de la Independencia el 2024 –a 200 años de la Batalla de Ayacucho- con lo que descartó su renuncia por ahora. También pidió diálogo, unidad y reconciliación a todos los peruanos, pero eso solo podría ocurrir si los policías y militares responsables de las 49 muertes en las protestas de diciembre y enero pasados son identificados y castigados. El discurso fue retórico y una lista de buenas intenciones, pero queda flotando la pregunta ¿de qué sirve un llamado a la unión de todos los peruanos, si le permite al Congreso seguir desmontando las instituciones democráticas?
Yerovi
La carcajada de Nicolás Yerovi jode, porque invita a la risa, pero también nos interpela y nos responsabiliza por el elenco político que elegimos cada cinco años (o menos). El director de Monos y Monadas se pone ácido en estas fiestas patrias y señala, en entrevista con Juana Gallegos, que los peruanos somos el “caos perfectamente organizado”. Razón no le falta e insumos para seguir escribiendo y burlándose de la actualidad política tampoco. Quizá su secreta aspiración sea dejar de mofarse, ponerse un poco serio, lo que equivaldría a decir que su principal fuente de inspiración, el Perú, se ha enderazado o que al menos ya no invita a la risa que esconde una lágrima.