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Domingo

Trazos de una ciudad salvaje

Dios de arena, una de las historietas peruanas más vendidas de la Feria del Libro, nos sitúa en un futuro violento y opresivo. Su autor, Christiaan Mateo, habla en esta nota sobre su interesante distopía.

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Dios de arena fue una de las historietas peruanas más vendidas de la Feria del Libro. Foto: La República

Ni bien vemos la primera viñeta del cómic Dios de arena -un plano general de la Lima posapocalíptica, que se expande como un basural. El artista conceptual Christiaan Mateo nos traslada a una atmósfera que asfixia, dentro de una narrativa híbrida de ciencia ficción y urbanismo descarnado.

Desde hace dos años y medio, el autor se retó a sí mismo: pensó en cómo podría contar una historia de injusticia social en un futuro distópico. Para conseguirlo, trabajaba de noche y no paraba hasta la madrugada.

Antes de crear su primer cómic bajo el sello Altazor, Mateo, graduado como diseñador publicitario en 2011, se dedicó a trabajar en eL arte conceptual de videoclips de estrellas pop como Sía, los Backstreet Boys y los raperos Juice Wrld y J. Balvin. Estas experiencias le ayudaron a perfeccionar técnicas que usó frente a su tableta de dibujo.

“Con arte conceptual nos referimos a plasmar las ideas del director en dibujos. Representas en ilustraciones lo que cuenta el guion del material a trabajar”, explica el autor del cómic.

Dios de arena fue una de las historietas peruanas más vendidas de la Feria del Libro. Foto: La República

Luego de esa etapa previa de diseño, recién se empieza a elaborar el producto y sus acabados. “De allí pasamos a ver la expresión de los personajes, perspectivas, vestuarios. Del blanco y negro pasamos al color”.

Un símil de la realidad Dios de Arena -según el autor- es una metáfora del desmoronamiento de nuestras creencias. Eso es lo que personifica Inti, el líder y pastor de la violenta pandilla que cobra cupos y promete la salvación para quienes cumplan sus designios.

Lejos de iluminar al pueblo con su supuesta condición sagrada, este tirano ensombrece Lima, la cubre de mentiras, crueldad y sangre inocente, ante la ignorancia de sus seguidores, que solo repiten arengas.

Para Mateo, las estirpes políticas desarrollan ciertos poderes mesiánicos: “Traté de hacer un retrato del contexto en el que vivimos. Me inspiré en las organizaciones coercitivas que están Tomando cada vez más fuerza en Latinoamérica.

Dios de arena fue una de las historietas peruanas más vendidas de la Feria del Libro. Foto: La República

Estas sectas religiosas se están modernizando como empresas multinivel, casas de apuestas, redes de mercadeo”, comenta Mateo, reflexivo. Según el artista, esos grupos buscan gente vulnerable, sea por la falta de dinero o de trabajo. “Día a día les cocinan ideas en la cabeza”, afirma.

El personaje principal, llamado Kob, se encargará de desbaratar los planes del dictador. “Él hace lo necesario para subsistir, tiene sus propios intereses; vivía al margen de todo, pero al verse perjudicado, se une a la pandilla Selva Negra para derrotar a Inti”, explica.

El joven Kob no es el clásico justiciero de historieta, ese héroe entregado al sacrificio: está lleno de matices, su evolución a lo largo de la trama así lo sugiere. En la FIL Lima 2022, se agotaron todos los ejemplares de Dios de Arena. Esta noticia, en palabras de Mateo, significa una reivindicación a la industria del cómic nacional.

“Sin embargo, aún hay preconceptos. Algunos piensan que las historietas son solo para niños. Debemos entender que pueden ser arte como el cine, la literatura, la fotografía... La narrativa en las viñetas es única, no se replica en otros lados”, resalta.

El ilustrador peruano promete seguir publicando historias en diferentes tipos de ficción y escribir más capítulos con elementos de la cultura inca. Su límite es la imaginación.