Sebastián Landa cumplió su sueño de alzar el trofeo como el mejor imitador del país. En vez de iniciar una carrera con su propio nombre, prefiere seguir siendo José Feliciano, personaje que le ha dado alegrías, fama, trabajo y algo de internacionalización. Quiere llegar a Viña del Mar con un show como José Feliciano. Ser él mismo le tomará un poco más de tiempo.
Experiencia. Sebastián imita a José Feliciano desde los 14 años.
Es su año. Antes de consagrarse como el mejor imitador del país, el jurado de ‘Yo soy’ y sus compañeros ya lo aclamaban como el ganador de esta temporada internacional. El único que no lo creía era el mismo Sebastián Landa. En un inicio no quería ir al concurso porque temía que no lo valoren como sucedió años atrás, cuando no lo tomaron en cuenta para la temporada Bodas de Plata, pese a que ya era considerado uno de los mejores. “Allí sí me resentí mucho. Pasaron a otros que no lo merecían y a mí no”.
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Ya en el programa, el tumbesino no pudo ocultar su incomodidad. No sabía si la decisión que le ayudó a tomar el mexicano Mauri Stern era lo mejor para su carrera musical. Después de algunas presentaciones que pusieron de pie al jurado, el cantante obtuvo más seguridad. Quedarse con la copa no le parecía tan lejano. “Muy adentro de mi corazón sabía que podía ganar”.
José Feliciano llegó a la vida de Sebas a los 14 años, cuando una tía le regaló un long play que aún conserva en la sala de su casa. Con ese disco aprendió a tocar la guitarra como Feliciano, el canto llegó después. Cuando sus amigos y familiares se dieron cuenta de que tenía el timbre del puertorriqueño, Sebastián dejó su tierra para probar suerte en Lima. Tenía 19 años. Sus expectativas no eran altas, pero el casting fue mejor de lo que esperaba y logró quedar segundo en su temporada. Sabía que la victoria estaba cerca y lo intentó cinco veces más, pero el triunfo siempre se quedó en la puerta del horno.
Su vida cambió cuando lo llamaron para pasar casting en ‘Yo soy Chile’, en el 2021. Desde su audición no dejó de cosechar elogios, pero era consciente de que ganar en otro país iba a ser más complicado. Entonces se enfocó en mostrar su talento para, al menos, llegar a la final. Días antes de subir al podio, Myriam Hernández lo sorprendió con un saludo de José Feliciano. El puertorriqueño reconoció a Sebastián como su mejor doble. “El mejor jurado que un imitador puede tener es el artista al que imitas. Entonces yo no tengo por qué estar haciendo caso a otras personas”, dice.
No todo fue positivo. Sebastián quiso tirar la toalla días antes de la gran final. La presión fue tanta que la producción chilena lo mandó al médico para calmar su crisis de pánico y ansiedad. “Veía que el programa ya se acababa y no había cuándo regresar a mi país”.
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A Sebastián Landa le ha ido mejor no siendo él. Prefiere olvidar su paso por ‘La voz Perú’ y ‘Los 4 finalistas’ porque fueron programas que no lo marcaron. Tampoco planea lanzar su carrera con su propio nombre, pese a que tiene un premio de 10 mil dólares y cuatro canciones suyas que tendrán que esperar un poco para salir a la luz.
Sus momentos más placenteros en la televisión han sido como José Feliciano y, al parecer, no hay planes de soltar al personaje. Por ahora quiere retribuir el apoyo de sus seguidores con una serie de conciertos (el 19/02 en la Estación de Barranco y el 28/02 en Bianca)