Está en boca de todos. La historia de la pareja de científicos que tratan de advertirle al mundo de su inminente destrucción a causa de un cometa se ha convertido en el último suceso cinematográfico del año y no solo por lo que cuenta, sino por las reacciones que ha suscitado. Los críticos y el público se han dividido: o la aman o la odian. A casi nadie ha dejado indiferente.
Era de esperar que la película producida por Netflix y dirigida por Adam Mckay fuera todo un suceso ya que reunió a un elenco de superestrellas encabezado por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence, con secundarios de lujo como Meryl Streep y Cate Blanchett.
El cometa, como todo el que ha visto la cinta sabe, es una metáfora del cambio climático, sobre cuya amenaza los científicos vienen alertándonos desde hace años, pero a la cual ni los gobernantes ni los medios de comunicación parecen prestarle la suficiente atención.
McKay ha contado que la idea de la metáfora se le ocurrió en una conversación con su amigo el periodista David Sirota, luego de ver los reportes sobre el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de 2018 y comprobar con angustia que la cobertura que le dedicaban los medios no correspondía a la magnitud del desastre.
La película no ha encandilado precisamente a muchos críticos. “[Es] frenética, estridente y obvia”, escribió el New York Times. “Una farsa descuidada y dispersa que convierte a casi todo el mundo en tontos, trivializa todo lo que toca…”, publicó el Wall Street Journal. “Una película desastrosa”, resumió el crítico de RogerEbert. com. Otros comentaristas fueron más benévolos.
Pero mientras los críticos parecen estar divididos, sorprendentemente –o no– en el mundo de los científicos climáticos, muchos sienten que era el filme que estaban necesitando.
“Nunca me había sentido tan vista como viendo a @LeoDiCaprio y Jennifer Lawrence interpretar a científicos advirtiendo sobre un apocalipsis inminente en #DonLookUp”, tuiteó la bióloga marina Ayana Elizabeth Johnson, cocreadora del podcast Cómo salvar a un planeta. “Estaba haciendo una mueca de dolor, ansiosa, nerviosa, sudando y casi le grité a la pantalla: “¡¿Estás bromeando?! ¡Escuchen a los científicos!”.
El científico Michael E. Mann exhortó a la gente a ver la película y escribió en el Boston Globe que “tiene éxito no porque sea divertida o entretenida [sino porque] es un comentario sociopolítico serio que se hace pasar por comedia”.
El famoso astrofísico Neil deGrasse Tyson dijo que la historia de ficción era demasiado parecida a la realidad: “Finalmente vi la película de Netflix Don’t Look Up”, tuiteó, “una historia ficticia de una nación distraída por la cultura pop y dividida sobre si prestar atención a las terribles advertencias de los científicos. Todo lo que conozco sobre ciclos noticiosos, programas de entrevistas, redes sociales y política me indica que el filme era, en cambio, un documental”.
El científico Peter Kalmus escribió una columna en The Guardian que comenzó de esta manera: “La película Don’t Look Up es una sátira. Pero hablando como un científico del clima que hace todo lo posible por despertar a la gente y evitar la destrucción planetaria, también es la película más precisa sobre la aterradora falta de respuesta de la sociedad al colapso climático que he visto”.
“Espero que esta película” agregó, “que muestra cómicamente lo difícil que es romper las normas prevalecientes, realmente ayude a romper esas normas en la vida real”.