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Domingo

Humareda, trazos de una vida

Pinturas, dibujos, objetos y fotografías del pintor puneño se exhiben en la muestra Dominar el color/Ver la realidad, que presenta la galería Juan Pardo Heeren del ICPNA hasta el 7 de agosto. El 2020 se cumplieron 100 años de su nacimiento y así lo celebran.

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La muestra puede visitarse previa inscripción en: https://cultural.icpna.edu.pe/visita-espacios-exposicion/

“Yo pinto lo que veo”, decía Víctor Humareda desde la icónica habitación 283 del Hotel Lima, ubicado en el corazón de La Parada, donde vivió por décadas. Y lo que veía eran las calles envolventes de La Victoria, el abigarrado cerro San Cosme, las plazuelas antiguas de los Barrios Altos y la Quinta Heeren, la pobreza multicolor del cerro San Cristóbal. Era su versión de la Lima que más lo estimulaba.

Bajada a los Baños, Barranco, 1984. Foto de Herman Schwarz.

Esa mirada, populosa y periférica, se puede apreciar ahora en la galería Juan Pardo Heeren (jirón Cusco 446, Cercado) del Instituto Cultural Peruano Norteamericano. “La muestra se centra en aquellas obras en las que Víctor Humareda representó su contexto urbano, social y cultural, aquel entorno que eligió, disfrutó y padeció”, comenta el curador Víctor Mejía.

El eje principal de la exposición Dominar el color/Ver la realidad es la pintura: veinte piezas en óleo sobre lienzo. Los visitantes encontrarán una selección de su obra pictórica, pero también una treintena de sus dibujos, objetos personales, documentos, fotografías y material audiovisual sobre su vida. En marzo del 2020 se celebró el centenario de su nacimiento y esta muestra es una celebración de su presencia inolvidable.

Toreros y corridas de toros son temas usuales en la obra de Humareda.

Casonas antiguas pintadas con colores incendiarios, el cerro San Cosme al atardecer, la festiva procesión de Santiago, sangrientas corridas de toros y peleas de gallos, son algunos de los temas de Humareda presentes en sus cuadros.

“Durante casi cuatro décadas de trayectoria Víctor Humareda consolidó un corpus importante en cuanto a cantidad y calidad. En el ámbito académico, su obra ha sido abordada y estudiada como pocas. Sin duda, por su trayectoria y producción, se puede situar a Víctor Humareda entre los grandes maestros de la pintura peruana en el siglo XX”, explica Mejía.

Toda la obra y objetos reunidos aquí fueron fruto de una ardua búsqueda en colecciones privadas e institucionales. “Abordar una temática específica de Humareda hizo un poco más ardua la tarea. Asimismo, el contexto de la pandemia generó algunas limitaciones al momento de hacer el reconocimiento visual de las obras. La generosidad de los coleccionistas ha sido trascendental. Asimismo el apoyo de artistas cómo Alfredo Alcalde y Herman Schwarz”, comenta el curador.

Víctor Humareda nació en Lampa, Puno, en 1920. Falleció de un cáncer a la laringe en 1986. Más allá de su cultivada marginalidad, no era el artista excéntrico, bohemio y descarriado que muchos creían.

Las libretas del pintor y otros documentos han sido reunidos aquí.

El texto de presentación de la exposición refuta esa idea: “(Ese es un) estereotipo inexacto y limitado para abarcar la complejidad de su figura. No tomaba alcohol, prefería la manzanilla con mucha azúcar. En el desorden de su reducido lugar de trabajo fue un pintor metódico, comprometido con su obra y su condición de artista. Como opción de vida, su soledad fue elegida pero a su vez relativa: no faltaban amigos, seguidores o clientes dispuestos a acompañarlo”.

Esos trazos de una vida pueden verse de martes a sábado, de 10 a.m. a 6 p.m. El gran Víctor Humareda tuvo referentes como Monet y Toulouse-Lautrec y también dejó discípulos influenciados por su técnica, su armonía, su registro cromático. Su búsqueda incesante, siempre, fue dominar el color.