El 13 de marzo del año 2020 pasará a la historia nacional como el día que empezó una “cuarentena” que duró más de cien días.
Para el común de los mortales, el confinamiento fue el principio del fin de la normalidad y el inicio de actividades que, como el teletrabajo, nos parecían sucesos de un futuro no tan inmediato.
Sin embargo, para el artista plástico Rafael Lanfranco el inicio de la cuarentena fue un reto personal, casi una fuente de inspiración artística como reacción a la obligada distancia social.
Fue así como publicó, cada día, en su cuenta de Facebook, el emoji de algún personaje de nuestra historia. Sus amigos en FB tenían que reconocerlo. El primero en identificarlo se hacía merecedor a su propio emoji, que Lanfranco bautizó como #perujis.
Emoji es un término adaptado del japonés que se usa para los ideogramas o caracteres usados en mensajes electrónicos y sitios web.
“Cuando empieza la cuarentena, decidí jugar con mi red de Facebook y poner todos los días un #Peruji nuevo que hablara de nuestra historia y cultura” -cuenta Rafael Lanfranco desde su taller en Barranco.
Hasta el 30 de julio
“La idea detrás de esta iniciativa era festejar al Perú, divertir un poco, investigar y compartir lo investigado con mis amigos y conocidos en este juego. Todos los días, a las 10 de la mañana, aparece uno nuevo, esto hasta el 30 de julio. Apelas a la nostalgia porque hay muchos personajes que vienen de tu niñez y juventud, ejemplo El Tío Johnny o la Banda del Choclito (El Choclito, Ojitos Lindos, Guayabera Sucia, El Mapache), y de la investigación, esencialmente en internet. Vas descubriendo un poco de la historia detrás de ellos, y lo que pasó con muchos personajes después. Algunos tuvieron desenlaces tristes, actores muy queridos en su momento, y que pasaron al olvido. Hay otros casos curiosos que nos hablan de la resiliencia y lo recursero, que se fueron a Estados Unidos, como El Machacao, que ahora es notario público, casado y con tres hijas profesionales. Si te vas a los mas históricos, Julio C. Tello es un personaje muy interesante, un rebelde intelectual que recorre el Perú entero y propone teorías propias y muy locales del desarrollo cultural andino, cuando predominaban las teorías inmigracionistas de nuestra cultura. Otro personaje es Andrés Avelino Cáceres, un patriota que peleó la Guerra con Chile y vivió para ser presidente”, afirma.
La obra de Lanfranco es multidisciplinaria. “Será por mi tendencia a la dispersión que a veces se sale un poco de control”, sostiene. Lo cierto es que los #perujis iban a ser parte de la muestra individual que se iba a inaugurar en junio, en la galería Indigo, pero se vio interrumpida por la cuarentena. También quedó trunca una muestra en Tokio de sus célebres Wakos.
Pero los #perujis fueron toda una sorpresa para el artista: “Es bastante interesante ver a qué reacciona más la gente, qué comenta más, y lo felices que se ponen cuando entran a formar parte del #Perujination. Algunos agradecen la microdosis de buen humor y microcultura en estos momentos difíciles y es bastante rico sentir que con el trabajo uno puede aportar aunque sea un poquito a aliviar la ansiedad y angustia de estos tiempos de pandemia”.
El artista, además, aprovecha el confinamiento para crear nuevas esculturas y cuadros de la serie “Imaquinario de Yute y Tocuyo” y también trabaja en la próxima publicación de un libro ilustrado.