Contra lo que muchos pudieran creer, Marco Loret de Mola no era tan bueno en matemáticas en el colegio. Cuenta que cuando estaba en primaria tuvo un profesor particular para superar el curso y en secundaria, a pesar de que aprobaba, tuvo algunos problemas con los números. Su acercamiento a ella ocurrió cuando se preparó para la universidad en una academia.
“Allí descubrí que me gustaban las matemáticas y asumí que era bueno para eso. En el examen para la universidad me fue muy bien. Y a los 18 años empecé a enseñar en academias”, cuenta.
Fue un encuentro con una pasión que lo ha acompañado hasta ahora. En marzo pasado, Marco colgó en el canal de Youtube su primer video sobre el nuevo coronavirus. Aunque la respuesta inicial fue algo tibia, fue también el comienzo de una exitosa aventura que ha empezado a ocupar gran parte de su tiempo y literalmente le ha cambiado la vida.
-Supongo que siendo profesor de matemática te diste cuenta que la información sobre el Covid no estaba siendo ordenada, sistematizada, y la gente no estaba entendiendo los reales alcances de la pandemia
-La primera razón para hacer estos videos es lo que has dicho: que la gente no entendía. La gente entiende la sumatoria, la multiplicación, pero no entiende, por ejemplo, el crecimiento exponencial de algo. Por eso nuestro primer video fue explicar eso. Y lo hicimos de una manera muy sencilla que era el efecto de una persona pudiendo contagiar a otras. Terminábamos con que en 25 días podíamos estar contagiados los 33 millones de peruanos.
Fue su primer video y el 18 de marzo, tres días después del inicio de la cuarentena, empezó con explicaciones sobre la pandemia. Las vistas, que empezaron por debajo de las 10 mil, poco a poco empezaron a aumentar. Su propuesta apostaba a una premisa en la que siempre ha creído: a la gente le gustan los números pero se los han vendido mal desde niños. Ahora lleva la cuenta de contagiados, dados de alta, pruebas rápidas y moleculares, fallecidos, el avance de esas cifras semana a semana, y el dibujo de la curva.
-Tu pizarra me recuerda a las épocas de la academia, está hecha con tizas de colores, cuadros, dividida en zonas para cada tema que vas a explicar
-Es básico, porque el cerebro aprende en orden. Traté de hacerlo lo mejor posible y me ha ayudado mucha gente, no ha sido un trabajo solo mío. Mucha gente me aconseja y tengo el don de escuchar. La pizarra empezó con unos pocos apuntes, pero cada vez empezó a ser más grande y ahora ya parece la pantalla de una computadora. Todos los días el Ministerio de Salud da una data y nosotros la traducimos y actualizamos la pizarra.
Su canal en Youtube es Matlab Perú y tiene a la fecha más de 55 mil suscriptores. Si bien al comienzo sus videos duraban de dos a cuatro minutos, para la segunda semana de abril ya cada video explicativo duraba entre seis y nueve minutos. Y las visitas no bajaban de 50 mil. Se convirtió en un fenómeno en redes y hoy lo llaman de todos los medios de comunicación para explicar el avance o retroceso de la pandemia.
-Estamos mejor que antes, pero no hay la seguridad de que bajemos. Sobre todo ahora que acabó la cuarentena
-Buena interrogante. Primero, no estamos bien. Estamos mejor que antes, pero estamos peor que mucho antes. De la semana cinco a la siete -ahora estamos en la semana 16- fueron las mejores semanas que tuvimos. Te hablo de hace mes y medio en que pudimos haber golpeado fuerte al virus. En ese lapso de tres semanas de abril la curva bajó, pero luego volvió a subir. Y hubo un pico enorme en la semana 12, la peor semana que tuvimos.
Ahora en la semana 16 ha bajado. Pero ojo no estamos bien. Tenemos mala memoria, vamos a pasar ahorita a Inglaterra, ya pasamos a Italia, estamos en el top ten del mundo. Estamos mal. Parece que nos gustara pasar con once el examen. ¿Puede volver a subir? Por supuesto. Tenemos todos los ingredientes para eso.
Laboratorio de números
Marco, 44 años, creció en la Residencial San Felipe y luego se mudó a Surco. Estudió en el Liceo Naval Almirante Guisse y se enganchó con las matemáticas en sus épocas preuniversitarias. Es casado y padre de tres niños. Estudió Administración en la Universidad de Lima y después de unos años de trabajar en su carrera, apostó por el proyecto propio: Matlab Perú, que nació el 2012.
“En forma paralela a la carrera universitaria, yo seguí enseñando matemáticas en academias. Y descubrí que tenía mucha llegada con los chicos. También tomé cursos de educación. Y en algún momento, cuando sentí que el trabajo en marketing y ventas que tenía no me llenaba, me lancé a la piscina con Matlab”, rememora.
Para Marco, la escuela enseña de manera memorística las matemáticas, lo que culmina en aprender un procedimiento. Si sabes el procedimiento eres bueno y si no lo sabes eres malo. Dice también que un chico atraviesa por once dificultades de matemáticas, una de ellas es el lenguaje. “¿Te acuerdas de los polinomios? Al estudiante le dices A más B y le suena a chino. Lo que pasa es que no sabe la palabra. Si entendiera lo que significa sería más fácil”, explica.
-¿Cual es el sistema de Matlab, cómo acercas la matemática a los niños?
-La mejor forma de enseñar es uno a uno. Vas a su velocidad, sin presión. Trabajamos con las once dificultades que tienen los estudiantes. Los profesores de Matlab logran una propuesta anímica cercana. Además tratamos de enseñar el procedimiento, porque no queda otra, el Estado te exige, el colegio te demanda. Y tratamos de explicarles qué es el tema que estamos viendo, dónde lo aplican, qué funcionalidad tiene. Es un aprendizaje no de memoria sino de comprensión.
-A tus hijos les darás ejemplos matemáticos en todo momento
-Con la llegada de mis hijos me di cuenta que los niños son naturalmente numéricos. Nacemos con habilidades matemáticas. Creo que el colegio, sin querer, hace que muchas veces el niño se divorcie de los números. Con mis hijos mi tarea es animarlos a calcular. Si jugando al futbol mi hijo me dice que vamos tres a dos, está haciendo comparación de números. Si yo le hago dos goles ya sabe que vamos cuatro a tres, y que necesita dos goles para ganarme. Esa es la labor del padre: empoderarlos, hacerles creer en los números y que aprendan naturalmente.
Como todo profesor, Marco enseña que las matemáticas están presentes en cada acto cotidiano de la vida: todo se reduce a números. Cuando entras a la casa de alguien estás estimando si es grande o pequeño el espacio; si te sirven un plato de comida de inmediato calculas si te sirvieron mucho o poco. Y así con todo.
“Si tu vives en Pueblo Libre y te digo que vayas caminando hasta San Borja vas a decir: ¡Qué! Pero si te digo que vayas caminando a Magdalena, ya te parece más corto. Eso es inmediato. Todo el tiempo estamos calculando cosas”, comenta.
El enorme impacto que han causado las radiografias de la pandemia que Marco hace con números no solo le han traído nuevos seguidores a su página sino también el interés de los auspiciadores. Además es una presencia recurrente en muchos noticieros. Todo eso ayuda a la meta que Marco se trazó desde que empezó su laboratorio: difundir las matemáticas.
“Diosito me ha regalado esto y estoy contento”, dice feliz. “El propósito de Matlab es ser un agente dinamizador de la matemática en el Perú y, más adelante, cuando vaya a una empresa o un colegio ya voy a ser una cara que conozcan”, agrega, riendo. Incluso hay un proyecto de programa de televisión con un canal en el futuro.
Ahora, además de su exitosa versión explicativa de la pandemia, ha empezado a hacer trasmisiones en vivo. El viraje que ha dado su vida le ha confirmado una idea que siempre ha tenido como profesor: las matemáticas son maravillosas.