Comenzó a pinchar discos como un vacilón, en sus noches de bartender en el Oso Bar de Miraflores, a mediados de los 2000, animada por su amigo, el DJ de la casa, Alan Malcolm.
A Úrsula Talavera le encantaba el indie rock que ponían en el Oso, pero también le gustaban Vico C, El General, las Chicas del Can y otros clásicos de la pachanga que todo adolescente noventero aprendió a disfrutar.
Así que, una que otra noche, le dejaban poner su música. La primera vez que puso a bailar a la gente del bar, se apoderó de ella una sensación increíble.
La Amazonía peruana empezaba a perder una prometedora ingeniera forestal. Y la música electrónica ganó una DJ.
Una DJ que el pasado domingo 11, en el Estadio Nacional de Lima, ante los ojos de millones en el mundo, tocó el cielo.
AMAZONÍA EN LA PIEL
Estaba en tercer o cuarto ciclo de la carrera cuando, en un trabajo de campo cerca de una comunidad a una hora de Iquitos, se encontró con una bestia.
Junto a otros compañeros, recogía datos en una hectárea de bosque amazónico cuando la vio: una serpiente enorme enrollada en un tronco en el suelo. Los comuneros les dijeron que era una shushupe. La segunda víbora más mortal del planeta.
Por supuesto, cuando volvió a Lima y le contó esta anécdota a sus amigos, todos comenzaron a llamarla “Shushupe”.
Y cuando, en una de sus primeras sesiones como DJ pagada, le preguntaron cuál era el nombre artístico que debían poner en el flyer, ella no lo dudó.
Había nacido DJ Shushupe.
Comenzó a hacerse un nombre en la escena electrónica a medida que sus sesiones, con ritmos tropicales y amazónicos como protagonistas, se popularizaban en un momento en el que Miraflores y Barranco descubrían las satisfacciones de la cumbia setentera peruana.
En 2015, ganó el Miller Sound Clash Perú, una competencia de DJ en la que se enfrentaban en batallas en vivo, que eran definidas con los votos del público. El premio fue una semana de fiestas y tocadas en Las Vegas, incluyendo un evento de lujo en el club Marquee junto con pinchadiscos de 17 países.
–Estábamos en una súper suite, nos recogían en limusina... Por esos días fue mi cumpleaños, así que yo no me lo creía. Fue increíble– dice.
Después de varias giras europeas, en junio del 2018, por invitación de PromPerú, fue parte de la Casa Perú en Rusia, durante los días en los que se desarrolló el mundial de fútbol.
Pero la invitación de su vida llegó en mayo, cuando la gente de Lima 2019 le preguntó si le interesaba ser parte de las ceremonias de los Juegos Panamericanos. Al principio, Úrsula no entendió bien que la querían en la ceremonia de clausura, así que contestó que tenía que ver su agenda. Luego, lo entendió.
–Me dijeron que prepare 20 minutos de música para la primera parte, la marcha de los atletas, y 30 para el final de fiesta.
Esa primera parte fue un mix de 12 tracks en los que brillaba el trabajo de DJ nacionales como Tribilin Sound (“El Extravagante”) y Lara Nuh (“Phawariy”) junto al de extranjeros como el norteamericano Captain Planet. El más celebrado de este momento fue el remix de “Cariño Bonito”, de Arturo ‘Zambo’ Cavero, a cargo de DJ Vito.
Tras Gian Marco y su emotivo set, la DJ Shushupe cerró la ceremonia con un repertorio de bombazos que invitaban al baile. Arrancó con un tema suyo, “Amazónica”, y continuó con un remix de “La danza de los mirlos” cortesía del DJ angelino Sumo Hair. En la fiesta, que congregó a todas las delegaciones de atletas en el centro de la cancha, se sucedieron gemas poco conocidas en esta parte del continente, como el “Buka buka” de los neoyorquinos MOS y Andys, el “Ode to Hector” del DJ Sabo (con sampleos de “El día de mi suerte”) e, incluso, un remix de “La negra Tomasa” a cargo de La Monte, un DJ de Madre de Dios.
Para Úrsula, el momento marcó un antes y un después en su carrera, y en su vida.
–Ha sido estar expuesta al mundo –dice, al tiempo que le resta importancia a las críticas–. Hay gente que dice que por qué no puse más música peruana, como en la inauguración. Pues, precisamente, porque en la inauguración ya la escucharon. Estoy recibiendo miles de mensajes positivos de todo el mundo. Es increíble. Después de tantos años de trabajo, siento que tenía que llegar este momento.