Propuesta audazWynnie Mynerva quiere catalogar los órganos sexuales de los peruanos. Ya más de medio centenar de voluntari@s han eternizado en yeso sus partes íntimas, que pronto serán exhibidas como obras de arte. La artista quiere ventilar la diversidad sin tapujos.,"Ellos se reconocen más los genitales, saben dónde están sus lunares, sus cicatrices, sus heridas de guerra. Ellas, en cambio, se sorprenden cuando les muestro los moldes de sus vaginas. Siempre me dicen: 'No pensé que era así'". La artista plástica Wynnie Mynerva Mendoza acaba de hacer un balance de las reacciones de los hombres y las mujeres a los que les ha hecho una réplica en yeso de sus genitales. Wynnie, cuyo nombre parece sacado de un dibujo animado, quiere abrir mentes, dice, abriendo primero las piernas de la gente. Hace poco más de dos meses, esta estudiante del quinto año de la Escuela de Bellas Artes emprendió un proyecto muy particular. Pretende armar un muestrario de los órganos sexuales de los peruanos. Así lo anuncia en su cuenta de Facebook y está en búsqueda de voluntarios y voluntarias que quieran entregarse al arte y eternizar sus zonas íntimas en un bloque de yeso para que sean exhibidas posteriormente. "Descubrí que en Perú nadie se había atrevido a hacer un archivo visual educativo de los genitales, la mayoría sabe cómo son pero por la pornografía", agrega. Wynnie quiere que los peruanos veamos sin tapujos nuestras "vergüenzas" para valorar nuestra diversidad. Su arte es una herramienta de resistencia a la estandarización de los cuerpos: "Como artista quiero que la gente se vea representada tal cual es, sin los estereotipos de la publicidad o el porno. Quiero mostrar la anatomía real y exhibirla frente a estudiantes para que se conozcan y dejen de criticar sus cuerpos y el de los demás", agrega, libre de reparos, entre pezones de yeso y prototipos peneanos que cuelgan de la pared de su taller. Desnudando miedos Más de medio centenar de entusiastas ya han pasado por aquí. Sobre todo veinteañeros, millennials, precisa la artista, que es de una generación más abierta a la hora de hablar de sexo. Lo curioso, cuenta Wynnie, es que desde que empezó este proyecto su taller se ha convertido en una especie de diván exprés. Roto el pudor y entregados a la intimidad del momento, sus modelos le han revelado sus miedos, frustraciones, culpas, inseguridades y hasta han presumido de lo suyo. Hay chicos que piden una reproducción de su pieza de arte para regalársela a la novia como souvenir romántico. Los afanosos se hacen varias réplicas buscando la que retrate mejor sus dotes. Algunos, antes de su primer encuentro con la artista, le piden fotografías del prototipo más grande y el más pequeño para ir preparados. "La experiencia ha sido interesante. Los hombres tienen más apertura para hablar de su sexualidad que las mujeres. Se informan más porque toda la responsabilidad de dar placer recae en ellos y están más en contacto con su pene, no tienen problema en mostrarlo. En cambio las mujeres sí tienen más reparo con sus genitales, debe ser por la culpa heredada del catolicismo o porque simplemente nunca se han visto la vulva", dice Wynnie en tono de psicoterapeuta. El material que utiliza la artista para hacer las reproducciones es el alginato, el mismo con el que los dentistas sacan los moldes de las dentaduras. Este servirá como negativo que luego será vaciado con yeso. Y voilà, en diez minutos brotará una vulva, un pene, unos pechos, unas nalgas al estilo de una estatua griega, pero sin la perfección de una porque el fin de Wynnie es reconocer, aceptar y querer nuestros colores, texturas y tamaños sin complejos y sin vergüenza. El arte de Mendoza no es gratuito. No es una "lasciva" ni una "promiscua" como la llaman los pacatos en las redes sociales. Como la mayoría de mujeres, Wynnie vivió acoso callejero desde niña y tuvo que esconder sus pechos, avergonzarse de su cuerpo en desarrollo y dar la vuelta a la manzana cuando se cruzaba con grupos de hombres por miedo a que la tocasen. Cargó mucha violencia, el sexo fue un tema que le persiguió hasta hoy, que purga esos demonios con su peculiar punto de vista. Este ambicioso muestrario será la tercera entrega de la talentosa artista experta, además, en el trazo con tinta china y pintura acrílica. Entre líneas, con su expresar descarnado, con sus genitales y tetas saliendo de las paredes, Wynnie les dice a los acosadores: "¿Querían ver sexo? Pues aquí lo tienen, sin morbo, al natural, sin artificio, representado en toda su variedad. Esto hay cuando nos quitamos la ropa. No hay más". Quiero que la gente se vea representada en su diversidad, sin estereotipos, al natural, en todos sus colores, texturas y tamaños.