La homosexualidad existe en el mundo desde épocas antiguas y en el Perú hay evidencia desde tiempos precolombinos. Esto se puede comprobar a través de las cerámicas moche, en las cuales no solo se ven esculturas de relaciones sexuales heterosexuales, sino también a personas homosexuales. La mayoría de estas prácticas habrían sido abolidas con la llegada de los españoles y la religión católica, según indicaron varios cronistas en sus escritos.
En ese sentido, la homosexualidad y el lesbianismo eran percibidos de forma distinta. A continuación, te explicamos, en base a crónicas, cómo eran percibidas estas prácticas durante el periodo del Imperio inca, que asentó sus dominios en el Tahuantinsuyo.
De acuerdo con el libro 'Historia general del Perú', del fraile Martín de Múrua y el libro 'Actitudes homofóbicas entre los indígenas del Nuevo Mundo: los casos azteca, inca y mapuche en fuentes de los siglos XVI y XVII', que se publicó en 2015 por la Universidad Bernardo O'Higgins de Chile, se señala que el inca Lloque Yupanqui condenaba con grandísima severidad los delitos, entre ellos la sodomía, la cual era considerada un pecado. Sus castigos consistían en desorejar, desnarigar y ahorcar a los implicados. Si los pecadores eran de la nobleza, los asesinaba.
Por su parte, el Inca Garcilaso de la Vega también habla del tema en su obra 'Los comentarios reales de los incas', en el cual indica: "La homosexualidad en el Imperio incaico estaba prohibida". Los incas permitían el concubinato y las relaciones premaritales, pero no toleraban la sodomía, lo veían por sí solos como algo malo mucho antes de la llegada de los españoles.
Los incas adoraban al dios Sol, Inti, y creían en una jerarquía divina que otorgaba poder al emperador, considerado el hijo del Sol. Foto: Depositphotos
En el idioma quechua los llamaban "warminchu" y el castigo para ellos, según las crónicas, era la hoguera. Solo hacían esto con los hombres, con las lesbianas tenían otro trato. De acuerdo con el antropólogo José Luis Villalobos, el inca Cápac Yupanqui solía tener un cariño muy especial por las féminas homosexuales, quienes incluso podían participar en combate.
Sin embargo, la homosexualidad no era vista como algo negativo en todo el Imperio inca. El cronista Pedro Cieza de León narra que sí era tolerada, pero solo en el norte del Tahuantinsuyo y que incluso era considerado un acto de culto. Había trabajadores masculinos que eran conocidos como los 'pamayrunas'. Precisamente en el norte del Imperio inca se desarrollaron las culturas Moche y Chimú.
Otro dato que comparte en sus escritos Cieza de León es que en los oráculos o templos de adoración del incanato solía haber niños a quienes se les usaba a manera de sacrificio para practicar con ellos el delito de sodomía. Algo que hoy en día es considerado un crimen grave. Cuando llegaron los españoles, condenaron estos actos, principalmente el concubinato y las relaciones premaritales.
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La cultura inca, considerada la más influyente del Perú, tuvo su origen en Cusco, conocido como el "ombligo del mundo". Su vasto imperio se estableció alrededor del año 1438 y llegó a su fin en 1535 con la llegada de los conquistadores españoles. Este legado cultural perdura en la actualidad, pues es considerado como un símbolo de la riqueza histórica y la ingeniería avanzada en Perú.