El asiento que está cerca de la ventana del avión es considerado el lugar más confortable y codiciado durante un vuelo. No solo ofrece una increíble vista del paisaje para presumir en redes sociales, sino que también evita la incomodidad de levantarse cada vez que un pasajero de la butaca contigua desee ir al baño. Pero ¿alguna vez te has fijado en el pequeño agujero que tienen las ventanillas de los aviones?
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Seguro has pensado que este pequeño hoyo en la ventana del avión es una falla que debes reportar a la aerolínea o probablemente ni te has percatado de ello. Cualquiera que sea el caso, lo cierto es que dicho orificio cumple una función importante en el viaje. A continuación, te lo contamos.
Habitualmente, los aviones sobrevuelan a unos 10.000 metros sobre el nivel del mar. A ese altura, la presión del aire y el nivel de oxígeno dentro de la cabina empiezan a disminuir, lo que ocasionaría que los pasajeros tengan dificultades para respirar.
Para que esto no suceda, las ventanas cuentan con un orificio en la parte inferior. Este permite regular y equilibrar la presión atmosférica redirigiéndola a los paneles externo y central de la ventanilla. Así, durante un vuelo, el nivel de oxígeno dentro de la cabina se mantiene.
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Pequeño orificio en la ventana de un avión. Foto: La Vanguardia
Este pequeño orificio también facilita el paso de humedad entre los paneles que componen las ventanas del avión. Esto evita que se empañen o se congelen ayudando a mantener la integridad estructural de todo el aeronave.
Las ventanas de los aviones están conformadas principalmente de dos materiales: plástico y de cristal. Mientras que los paneles exteriores están fabricados de cristal, las capas interiores, es decir la que podemos llegar a tocar físicamente dentro de la cabina, están hechas de plástico.