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Artesco: ¿cómo su fundador pasó de fabricar reglas en su garage a liderar una empresa multinacional?

A los 18 años, el fundador de Artesco, Enrique Mollá, decidió dejar la universidad para dedicarse de lleno a sacar adelante su negocio de útiles escolares. Te contamos su historia de éxito.

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Foto: composición LR/

Desde muy pequeño, Enrique Mollá sabía que su destino estaba en los negocios. Apenas terminó el colegio y con tan solo 18 años, montó una pequeña fábrica de reglas en la cochera de su casa para poder surtir las librerías que su padre tenía en el Centro de Lima, ya que, en ese entonces, el Gobierno de Juan Velasco Alvarado había prohibido las importaciones de algunos bienes, entre ellos los útiles escolares.

Con la ayuda de un amigo que le hizo el primer molde para la inyección del plástico y usando una máquina artesanal que le construyó su padre, produjo sus primeras reglas.

Un tiempo después, sus hermanos entraron a trabajar con él y formaron una sociedad anónima de nombre Artesco.

Historia de éxito de Artesco

Para poder consolidar su empresa, Enrique Mollá tuvo que ingeniárselas para conseguir financiamiento. Varias veces los bancos le rechazaron créditos porque no tenía avales, así que buscó amigos que le hicieran préstamos. Fue ahí cuando comprendió que el prestigio es el principal activo de un emprendedor.

Visitó a varias personas y logró que algunas le dieron insumos a crédito. Por ejemplo, Viplastic Perú le proveyó vinil para que confeccionara fólderes. Como él cumplió sus obligaciones, los tratos continuaron. Lo mismo pasó con los clientes, quienes al notar que Artesco era puntual con sus pedidos, empezaron a comprar mayores cantidades.

Poco a poco, la empresa empezó a crecer y contratar a más trabajadores. Sin embargo, en 1997, tuvo su primera gran crisis: los distribuidores que le adquirían sus productos quebraron en bloque y le dejaron de pagar. De esta manera, tuvo una deuda de 6 millones de soles, equivalente a todo que ingresaba a la empresa durante un año por aquella época.

Para poder cumplir con sus trabajadores y proveedores, tuvo que hacerse préstamos e hipotecar su casa. Porque, según sus propias declaraciones, el éxito de una empresa radica en el respeto y la consideración que se tiene hacia sus trabajadores.

Artesco tiene una inmesa gamas de útiles escolares. Foto: Artesco/Facebook

“Más que por su gerente, el éxito de las compañías sólidas recae en toda su plana. Yo les debo mucho. Y si hablamos de errores, uno gravísimo que cometen muchos empresarios es distanciarse de sus orígenes y de sus trabajadores, olvidarse de que todos somos una familia. Eso lo tengo muy presente”, comentó Mollá en una entrevista para El Comercio.

A pesar de ese tropiezo, Artesco logró seguir creciendo y, actualmente, está presente en otros 16 países de Latinoamérica, de México a Argentina.