El fascismo es uno de los movimientos políticos que más daño ha hecho a la humanidad y que casi la lleva a su destrucción en la década de los 40. Sin embargo, a pesar de que esta doctrina política era perjudicial para el mundo, algunos la tomaron, como es el caso de Luis Alberto Flores Medina, considerado como el ‘primer fascista’ peruano en la historia.
A continuación, te contamos más acerca de este personaje, quien tuvo una polémica participación política en la década de los 30.
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Luis Alberto nació en Ayabaca (Piura) el 11 de octubre de 1899. Tras terminar sus cursos escolares en su tierra natal, viajó hasta Lima para estudiar Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la cual se graduó como abogado.
Como Flores Medina era un opositor del Gobierno de Augusto B. Leguía, fue encerrado en la cárcel por poco tiempo, ya que fue liberado luego de que el teniente coronel Luis Sánchez Cerro diera un discurso en Arequipa y ayudara a poner fin a su mandato. Cuando salió en libertad, se inscribió al partido Unión Revolucionaria.
Luis A. Flores en la portada de la revista Unión Revolucionaria. Foto: Infobae
Una vez que se sumergió a la política, en 1931, el letrado fue elegido diputado por Lima en el Congreso Constituyente. Es así que, con tan solo 32 años, se convirtió en uno de los ministros más jóvenes del país en aquel tiempo. Y tan solo un año después, fue nombrado como presidente del Consejo de Ministros tras la renuncia de Francisco Lanatta.
Luego de que se cometiera el magnicidio de Sánchez Cerro, el ‘primer fascista peruano’ tomó el liderazgo de la Unión Revolucionaria (UR), el cual ya había demostrado tener estas tendencias políticas. Una vez que el piurano tomó la dirección de esta organización, los integrantes empezaron a usar camisas negras, a cantar sus propios himnos y hasta hacían un saludo con el brazo derecho.
La UR estaba en contra del comunismo, el liberalismo y del Partido Aprista. También era totalitario y católico.
“El Perú necesita el fascismo, porque el fascismo significa religiosidad, conservatismo y conducta derechista, porque el fascismo comporta una posición anticomunista eficaz y asegura el bienestar y la armonía”, solía decir Flores Medina en sus discursos.
La xenofobia tampoco faltaba en la UR, puesto que tanto era su odio por los migrantes asiáticos que llegó a fundar la Liga Antijaponesa y la Sociedad Antiasiática.
Aunque los historiadores, como José Ignacio López Soria, no han precisado que la Unión Revolucionaria era totalmente fascista o solo simpatizaba con sus ideas, lo que sí destacan es que en aquella época llegó a llamar la atención de algunos sectores de la clase alta, media y baja.
Luis Alberto Flores Medina fue ministro y diputado. Foto: Repositorio PUCP
El piurano también aspiró a ser presidente de la República, por lo que postuló en las elecciones de 1936. Sin embargo, dichos comicios fueron anulados por el jefe de Estado de aquel entonces, Óscar R. Benavides, ya que el ganador, Luis Antonio Eguiguren, recibió ‘ayuda’ de los votantes apristas, por lo que su victoria fue considerada ‘ilegítima’.
Ante este escenario, Flores Medina decidió planear un golpe de Estado, pero fue descubierto y poco tiempo después lo expulsaron a Chile. En 1944, recién regresó a Perú y reorganizó su partido, pero no volvió a tener el mismo apoyo de antes. En 1947, se volvió senador por Piura, pero el cargo le duró poco porque hubo una nueva toma de poder a la fuerza.
Luis Alberto Flores Medina falleció el 28 de mayo de 1969. Su tumba se ubica al lado del general Luis Sánchez Cerro.